Se cumplen 60 años del llamado al desarme nuclear del Papa Juan XXIII
En 1962, la diplomacia salvó al mundo de una amenaza de tercera guerra mundial –que habría sido nuclear-- durante la llamada Crisis de los 13 días o Crisis de los misiles. Un intermediario muy importante fue el Papa Juan XXIII, quien se dio cuenta de la fragilidad del sistema mundial y un año después publicó su célebre Encíclica Pacem in Terris (paz en la tierra, en español). Por ello, en la IBERO Ciudad de México se llevó a cabo la conferencia 60 años de llamada a la paz mundial (1963-2023).
No se puede pasar por alto que el contexto actual recuerda la tensión de aquellos años, con la ofensiva rusa sobre Ucrania y el latente peligro de que la escalada lleve a un enfrentamiento nuclear. “Si se entra en una conflagración atómica, no hay ningún rincón del mundo que esté a salvo”, advirtió el Dr. José Sols Lucia, profesor de Teología en el Departamento de Ciencias Religiosas de la IBERO.
La Mtra. Martha Bárcena Coqui, Embajadora Eminente, destacó que a partir de Pacem in Terris empezaron las grandes negociaciones en materia de control de armamentos y de desarme. No obstante, agregó que estos avances “no sólo se han estancado sino que van para atrás”. Agregó que los países han dejado el tema nuclear pendiente y han negociado en otros foros las convenciones sobre prohibiciones de armas químicas y biológicas, en los cuales México ha participado mucho.
El Vicerrector Académico de la IBERO, Dr. Alejandro Anaya Muñoz, consideró que la Encíclica de Juan XXIII es explícitamente un documento de derechos humanos con una visión naturalista. Además, vinculó el tema de la Encíclica con una noción de paz que va más allá de la paz entendida como la ausencia de conflictos armados, sino de las violencias estructurales.
“No podemos hablar de una situación de paz en un contexto donde no se respeta el principio de igualdad en derechos económicos, sociales y culturales, en contextos de desigualdad socioeconómica manifiesta y extensa como los que seguimos teniendo hoy en día”, dijo.
¿Es factible una estructura política mundial?
La Encíclica del Papa Juan XXIII llamó también a una estructura política mundial, “no lo dijo, pero se refería a que fuera democrática”, agregó el Dr. Sols Lucia. Señaló que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) no es una democracia mundial, sino un foro donde las naciones tienen voz, pero consideró que el gobierno mundial es una utopía y hay que luchar por ella. De manera gradual, con laboratorios como la Unión Europea. “Países que hace unas décadas estuvieron enfrentados a muerte, hoy comparten una unión económica y política, y no tienen fronteras”.
A la Mtra. Bárcena Coqui, también egresada de Comunicación de la IBERO Ciudad de México, no le pareció factible una autoridad mundial centralizada en este momento, pero señaló que ha habido avances con una cierta gobernanza mundial basada en regímenes internacionales: el régimen internacional de los derechos humanos, el derecho internacional humanitario, las convenciones de desarme y la estructura en relaciones comerciales, desde los acuerdos bilaterales hasta la Organización Mundial de Comercio (OMC).
¿En qué consistió la Crisis de los misiles de 1962?
Una Encíclica es una carta del Papa dirigida a la gente católica para enseñar y la gente no católica para invitar. Se hace una cada varios años, y suele ser sobre un tema importante, de actualidad, según explicó el Dr. Sols Lucia, y fue lo que le tocó vivir al Papa Juan XXIII.
| En aquel entonces, en un clima de tensión en la Guerra Fría, el mundo estaba polarizado en torno a dos bloques: el capitalista occidental, con Estados Unidos y su área de influencia en Europa Occidental y América, por un lado, y por el otro, Europa del Este y buena parte de Asia. Quizá no había tanta tensión, comentó el también ex Director del Departamento de Ciencias Religiosas de nuestra IBERO, pero a los dos bloques les interesaba que así lo pareciera, porque, a mayor inseguridad, mayor justificación de reducción de libertades. |
En 1962, el avión espía estadounidense U2, sobrevolando Cuba, detectó que había misiles balísticos de alcance medio de fabricación soviética que podían alcanzar a todo Estados Unidos, todo El Caribe y Centroamérica. John F. Kennedy optó por la vía diplomática. “Fueron 13 días de una partida de ajedrez muy complicada”, relató el Dr. Sols. Tanto Nikita Khruschev, Secretario General del Partido Comunista soviético, como Kennedy, le pidieron al Papa Juan XXIII que intercediera. Al final, en términos generales, el acuerdo fue desmantelar los misiles de Cuba y Estados Unidos se comprometió a no invadir la isla.
Se acabó el peligro de tercera guerra mundial, pero el Papa Juan quedó impresionado de la fragilidad del sistema mundial, porque hubo momentos en que los mensajes en inglés y en ruso se malinterpretaban. Se dio cuenta de que “se nos puede ir todo al traste por un error diplomático”, concluyó Sols, y fue por ello que el máximo representante de la Iglesia Católica escribió Pacem in Terris.
La Embajadora Eminente citó el documento: “El poderío monstruoso de los actuales medios militares no disuade a los hombres de emprender una guerra”. Por ello, la Encíclica es enfática en que “se prohíban las armas atómicas y que todos los pueblos, en virtud de un acuerdo, lleguen a un desarme simultaneo, controlado por mutuas y eficaces garantías”.
A 60 años de su publicación, los y la participante en esta conferencia, coincidieron en que su contenido está vigente más que nunca.
Texto y Fotos: Yazmín Mendoza
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