Un vistazo a los jardines de la Ibero
En la IBERO nos interesa y ocupa el cuidado de la casa común.
Con la llegada de la Universidad, la calidad del espacio en cuanto a áreas verdes mejoró de manera notable en Santa Fe.
Nuestra vegetación contribuye a incrementar la diversidad biológica de la zona.
El interés de la IBERO –en tanto que institución confiada a la Compañía de Jesús— por el cuidado de la casa común, puede verse claramente reflejado en la distribución de las áreas verdes con las que cuenta en sus instalaciones: de las 20 hectáreas que la Universidad ocupa, 5.5 se componen de ambientes naturales que aportan beneficios ambientales no solo al campus, sino al área urbana circundante.
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El Dr. Juan Manuel Núñez, investigador del Centro Transdisciplinar Universitario para la Sustentabilidad (Centrus IBERO), refiere que en las ciudades los materiales de construcción de los edificios, el pavimento de las vialidades y otras estructuras absorben y atrapan más calor del sol que las áreas verdes o azules como bosques y cuerpos de agua. Mientras que los materiales artificiales presentes en las ciudades absorben el calor durante el día y lo liberan lentamente por la noche --lo que genera temperaturas nocturnas más cálidas--, la vegetación y los cuerpos de agua brindan sombra y enfriamiento por evaporación, lo que ayuda a bajar las temperaturas.
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Es muy común pensar que cualquier tipo de construcción traerá consigo el deterioro de las condiciones ambientales del sitio donde se desarrolla, pero no siempre sucede así. Cuando la IBERO llegó a Santa Fe –a partir de 1984, cuando empezó a edificarse el Campus, que abrió sus puertas cuatro años después--, las condiciones ambientales eran muy distintas a las actuales, ya que prevalecían tiraderos de basura a cielo abierto y grandes socavones agotados de materiales térreos.
| La IBERO en los años de su construcción (alrededor de 1985), una isla en medio de un territorio yermo. |
Afortunadamente, con la llegada de la Universidad, la calidad del espacio, en cuanto a áreas verdes, mejoró de manera considerable.
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Nuestras plantas, árboles y jardines en su conjunto aportan beneficios ambientales al campus y a su periferia, tales como:
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Los esfuerzos de la IBERO por fomentar y mantener sus áreas verdes no son menores y más aún a partir de que desde hace algunos años se tomó la decisión de aminorar el impacto de los productos agroquímicos empleados para erradicar plagas. Se decidió entonces sustituirlos por productos formulados para control biológico de las mismas, además de ir reconvirtiendo de manera gradual la paleta vegetal por especies de baja demanda de agua y menor mantenimiento, como las echeverias, los magueyes y, en general, plantas suculentas adaptadas a condiciones de escasez de humedad durante la mayor parte del año.
Derivado de estos esfuerzos, la Universidad Iberoamericana Ciudad de México ha podido cosechar diversos frutos y ubicarse entre las 15 universidades más sustentables del país, de acuerdo con el Ranking UI GreenMetric, que evalúa: Entorno e infraestructura, Energía y cambio climático, Residuos, Agua, Transporte, así como Educación e investigación.
Actualmente, al interior de la Ibero existen 1,754 árboles y plantas arborescentes (casi todas inducidas a excepción de algunos tepozanes) de 54 especies diferentes, 34 de las cuales son originarias de otras regiones del mundo (exóticas) y 20 son nativas de México, como los fresnos, cedros blancos, pinos, liquidámbar y sicomoros.
Acompañando al arbolado, se tienen alrededor de 60 especies inducidas de plantas herbáceas, arbustivas o con otras formas de crecimiento, de las cuales 29 son exóticas y 31 son nativas. Pueden verse en los jardines de los edificios F y G, en la bahía de Puerta 3 o el jardín del estacionamiento E-10, entre otros espacios. Todo esto sin contar que a la fecha se han registrado unas 70 especies de plantas que crecen de forma espontánea, es decir, que no han sido intencionalmente plantadas en los jardines y las cuales también aportan grandes beneficios, como el de la polinización.
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Las universidades confiadas a la Compañía de Jesús, como es el caso de nuestra IBERO, atendemos el llamado a combatir la degradación ambiental, en tanto que la conservación de la naturaleza y la construcción de la sustentabilidad son elementos centrales de la justicia social. Por ello nos ceñimos a nuestra Política Institucional de Sustentabilidad, que comprende un conjunto de principios de carácter transversal y constituye un marco de referencia para orientar la incorporación de los fundamentos de sustentabilidad en todo nuestro quehacer universitario. |
Contar con cerca de 185 especies vegetales convierte al Campus en un corredor dentro la mancha urbana que ayuda al mantenimiento de la diversidad biológica de la zona poniente de la Ciudad de México, al permitir las interacciones entre estas y otros organismos, como hongos macroscópicos de los cuales se han registrado 10, o animales como tlacuaches, cacomixtles, gavilanes, aguilillas y diversas especies de insectos. En total por los jardines de la IBERO se tienen detectadas 75 especies.
En la Universidad Iberoamericana Ciudad de México nuestro compromiso con la casa común puede apreciarse desde cualquiera de nuestros espacios.
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Texto: Jorge Cervantes Magaña con información de la Dirección de Servicios Generales.
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