Han pasado 40 años desde el día en que pisé por primera vez la universidad y la ciencia de la nutrición ha formado una parte muy importante de mí. Comenzó como un hobby y se convirtió en mi pasión intelectual, mi profesión, mi fuente de trabajo y mi compañera durante toda mi vida adulta.

Me inscribí a la licenciatura en Nutrición y Ciencia de los Alimentos en la Ibero, la cual era una carrera muy nueva en México y en el mundo. Mi papá me preguntó, ¿qué es eso de la nutrición?, ¿en qué vas a trabajar? He de confesar que no sabía en qué me metía, pero cuatro décadas después, no tengo más que gratitud por haber podido sumergirme en esta increíble área del conocimiento humano.

A través de este viaje, me he maravillado, he aprendido, he enseñado y he tenido la oportunidad de servir a la salud de muchas personas, e incluso, en una pequeña medida, contribuir a su conocimiento. 

Cuando ingresé a la carrera, el plan de estudios era muy diferente, había un tronco común y luego podías escoger un subsistema; los más comunes eran tecnología de alimentos y nutrición humana, yo escogí el último, aunque la mayoría de mis compañeras y compañeros optaron por tecnología de alimentos.

En ese entonces, éramos muy pocas y pocos nutriólogos en el país; de hecho, cuando realicé mi internado, que fue en el Instituto Nacional de Cardiología (INC), fui la primera nutrióloga en esa institución. Las temáticas principales de salud eran diferentes que ahora, hacían más énfasis en las enfermedades carenciales y en la desnutrición. 

Durante estas décadas, he sido testigo de cómo ha ido cambiando el panorama epidemiológico del país y con él los planes de estudio, que se han ido adaptando para poder preparar a profesionales de la nutrición con las competencias necesarias para contribuir en la solución de los principales problemas de salud y nutrición de México.

Estudiar en la Ibero me ha dado una formación muy integral como nutrióloga porque me preparó no solamente en el área clínica, a la que me he dedicado en mis 34 años de vida profesional, sino que además, me dio fundamentos muy importantes para conocer y entender la ciencia de los alimentos y los servicios de alimentos.

Asimismo, me aportó principios humanistas; por ejemplo, recuerdo que llevé materias de filosofía y de psicología dentro de las materias conocidas ahora como de reflexión universitaria, las cuales me inspiraron para estudiar mi Maestría en Historia del Pensamiento y mi Doctorado en el área de psicología, que me han permitido complementar mi formación y me han aportando una mirada más integral.

Una de las más valiosas experiencias de mi vida ha sido el poder ayudar a otras y otros; y esta oportunidad la he tenido gracias a las diferentes prácticas profesionales que he realizado durante mis estudios, en diferentes escenarios (hospitales, escuelas, guarderías, asilos, etcétera), pero también en el internado y a lo largo de mi carrera profesional, tanto en mi consulta como en actividades de voluntariado. Es una profesión al servicio de las y los otros y de la sociedad. 

Actualmente, los principales problemas de salud están vinculados con la nutrición. Las y los nutriólogos tenemos una gran responsabilidad social. El hecho de que la carrera en la Ibero tenga ese distintivo tan importante de que lleves un internado al final, es un tesoro, ya que sales con muchísimas horas de práctica profesional, lo cual además de contribuir a tus competencias como nutrióloga/o, te da mucha confianza en el desempeño de la profesión y te permite comenzar ya con un currículo profesional.

Nuestra carrera nació hace 50 años y las y los egresados de la Universidad Iberoamericana han puesto los cimientos de la nutrición en el país y son líderes en la profesión. Las y los profesores de nuestra universidad son los mejores en su área de especialidad.

Con relación a las instalaciones, nuestra Ibero también se ha ido adaptando y renovando a través de los años. Cuando ingresé a la licenciatura, hace cuatro décadas, en aquel entonces en “los gallineros”, contábamos sólo con algunos laboratorios. Actualmente, me atrevo a decir que tenemos las mejores instalaciones del país, contamos con laboratorios de nutrigenética, de preparación de alimentos, de química da alimentos, de química orgánica; así como con clínicas de nutrición en general, del adulto mayor, de ejercicio físico y funcionalidad, que cuentan con equipo de punta y son operadas por personal altamente capacitado. 

Han pasado 34 años desde que egresé de la carrera; sin embargo, sigo sintiendo una gran emoción cuando me pongo mi bata para atender a mis pacientes, cuando entro a un aula a dar una clase, cuando leo un libro o un documento de nutrición y cuando reflexiono sobre el reto que tenemos las y los nutriólogos de modificar la alimentación de las personas para mejorar su salud y cuidar a nuestro planeta. 

*La Dra. Alicia Parra Carriedo es Directora del Departamento de Salud de la Universidad Iberoamericana, el cual cuenta con la Licenciatura en Nutrición y Ciencia de los Alimentos, una Maestría en Nutriología Aplicada y 2 Especialidades: Obesidad y Comorbilidades y Nutrición Gerontológica.

Notas relacionadas: