#8M Conversatorio “Dignidad y Rebeldía” expone lucha histórica de mujeres indígenas

Mar, 5 Mar 2024
Activistas en la Ibero resaltan su participación en el alzamiento zapatista y movimiento de Atenco
Salud, alimentación, educación, trabajo y alto a la violencia, entre sus principales demandas
  • El conversatorio “Dignidad y Rebeldía” forma parte de las actividades del 8M en la IBERO

La lucha histórica de las mujeres indígenas en los movimientos sociales y medioambientales de México, la participación activa que ejercen en la política y la lucha por la igualdad de sus derechos, fueron algunos tópicos que se discutieron en el conversatorio “Dignidad y Rebeldía”, efectuado en el CAU de la Universidad Iberoamericana (IBERO), como parte de las actividades del 8M.

Claudia Torres Roux, activista de la Red Movimiento y Corazón Zapatista, así como Magdalena García Durán, mazahua activista por los derechos indígenas, compartieron experiencias dentro del alzamiento zapatista y del movimiento social de San Salvador Atenco para reivindicar los derechos indígenas y defender sus territorios.

Torres Roux hizo un recorrido histórico sobre la incorporación de las mujeres en la lucha del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), mediante la Ley Revolucionaria de Mujeres, la cual condensa 10 artículos sobre sus derechos y obligaciones políticas, laborales, sanitarias, sexuales y educativas.

Por ejemplo, enumeró los derechos de las mujeres zapatistas para participar en la lucha revolucionaria, a trabajar y recibir un salario justo, a decidir el número de hijos que pueden tener y cuidar, a participar en los asuntos de la comunidad y tener cargo si son elegidas libre y democráticamente.

También, apuntó, tienen derecho a atención primaria a la salud y a la alimentación, a la educación, a elegir su pareja y a no ser obligadas por la fuerza a contraer matrimonio, a no ser golpeadas o maltratadas físicamente ni por familiares ni por extraños.

Agregó que el intento de violación o la violación en las comunidades zapatistas son delitos severamente castigados, además de que las mujeres pueden ocupar cargos de dirección en la organización y tener grados militares en las fuerzas armadas revolucionarias.

Indicó que la lucha de la mujer está vinculada con la Madre Tierra, la cual ha sido depredada y saqueada por la mano del hombre y "si no la defendemos nosotros estamos en riesgo de extinguirnos como humanidad porque en ella vivimos”.

Por su parte, Magdalena García Durán, quien fue detenida en San Salvador Atenco acusada de secuestro equiparado y ataques a las vías de comunicación por apoyar a integrantes del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT), contó que las mujeres mazahuas son discriminadas por vender artesanías o frutas en la vía pública.

La activista relató que desafortunadamente el hecho de que sean mujeres indígenas es motivo suficiente para ser golpeadas o ultrajadas por policías e incluso encarceladas por varios años, acusadas de robo por el simple acto de sobrevivir y llevar el sustento a sus familias.

“La venta es por necesidad, nos desplazamos a la Ciudad de México porque no había trabajo en nuestras comunidades. Nos costó mucho trabajo contar con permisos para vender en la Ciudad de México, donde conformamos una alianza de organizaciones indígenas para reclamar nuestros derechos”, apuntó.

Por otra parte, contó cuando en 2006 fue encarcelada en el penal de Santiaguito en Almoloya, por apoyar a pobladores de Texcoco que fueron reprimidos por oponerse a la construcción de un aeropuerto en sus tierras, y cómo la sociedad civil, Amnistía Internacional y la abogada, Bárbara Zamora, intercedieron para que la dejaran libre.

Cuando logré la libertad, ni siquiera una disculpa, un perdón o un me equivoqué. Mis nietos nacieron sin mi presencia. Si no luchamos, ¿quién? Fui presa de conciencia y hubo cartas de varios países para que pudiera salir. La lucha es por las que vienen”, manifestó.

Finalmente, afirmó que la forma de resistencia de las mujeres indígenas ha sido exigir justicia cuando hay abusos, demandar en las ciudades su derecho a la vivienda, al trabajo y a la salud; y en las zonas rurales, defender al maíz, la tierra, el agua y los bosques.

Texto y Fotos: Luis Reyes

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