#8M Cristina Oropeza, Académica IBERO que colabora en física de partículas con el CERN

Vie, 23 Feb 2024
A propósito del Día Internacional de la Mujer, la destacada científica habla cómo se abrió paso en el mundo de la Física
A la académica del Departamento de Física y Matemáticas le encantaba el documental 'Cosmos' de Carl Sagan
Sus investigaciones estudian de qué está hecha la materia y cómo se comportan las partículas fundamentales
“No se crean estereotipos de si son carreras de hombres; si les apasiona, sigan adelante”, recomienda a mujeres
  • A propósito del Día Internacional de la Mujer, entrevistamos a la Doctora Cristina Oropeza Barrera

La Doctora (Dra.) Cristina Oropeza Barrera colabora en línea desde la Universidad Iberoamericana (IBERO) con el Centro Europeo de Investigaciones Nucleares (CERN), el laboratorio de física de partículas más grande del mundo y que alberga al Gran Colisionador de Hadrones, máquina prodigiosa que confirmó la existencia del Bosón de Higgs, partícula que da masa al electrón o al quark.

A propósito del Día Internacional de la Mujer, que cada 8 de marzo conmemora la lucha de las mujeres por su participación en la sociedad, Prensa IBERO platicó con esta destacada Ingeniera Física para que nos hablara sobre su incursión al mundo de la ciencia. Creció en un entorno donde su papá, como médico internista, la motivaba a seguir de cerca los descubrimientos del ser humano.

Desde niña fue muy curiosa, le encantaba ver el documental de divulgación científica Cosmos, de Carl Sagan, un astrónomo y astrofísico que se hizo famoso con esta serie, la cual fue la más vista de la historia de la televisión pública en Estados Unidos, con una audiencia de unos 500 millones de personas en unos 60 países.

La serie le “volaba la cabeza”, sobre todo cuando Sagan hablaba sobre el calendario cósmico, un esquema que compacta en un año la historia entera del Universo. Antes de que llegara la física del universo cinematográfico de Marvel (películas que le agradan), ella cuenta que trataba de entender cómo funcionaban las cosas o por qué se movía el Sol.

“Me acuerdo que Carl Sagan se subía en una nave imaginaria y entonces iba viajando por todo el espacio y decía ‘así se vería esta estrella’ y todas esas cosas fueron muy interesantes para mí. En la escuela me gustaban las matemáticas y la física. Me provocaba gusto seguir un procedimiento y llegar a un resultado”, relata.

Luego vino su inquietud por la biomedicina, pero cuando llegó a la IBERO, en esa exploración de saber a qué quería dedicarse en la vida, recuerda que vio un stand de la carrera de Ingeniería Física, con fotos del espacio y de galaxias, y a una chica arriba de una plataforma giratoria impulsada con una rueda de bicicleta.

“Me empezaron a platicar los mismos chavos de la sociedad de alumnos y me llevé el temario y lo revisé, y dije 'esto está loquísimo, esto va a estar súper difícil', también dije 'es que está súper interesante'. Después de mucho pensar, me acerqué a mis papás y les dije 'creo que esto es lo que quiero'”, relata.

A diferencia de otras mujeres en la ciencia y en la ingeniería, Cristina cuenta que fue muy afortunada de entrar a un ambiente donde no había estereotipos, que le dijeran que ser ingeniera era para hombres, y así fue que se involucró con la Física. En la IBERO, conoció a Salvador Carrillo Moreno, que fue investigador y físico de partículas en la universidad.

Ella fue su estudiante e hizo dos estancias de verano en uno de los laboratorios de física de partículas más importantes de Estados Unidos: Fermilab, laboratorio de aceleradores y física de partículas situado en Chicago. Y ahí se le “abrió el mundo”. Tras terminar la carrera, le llamó la atención investigar de qué está hecho el universo a un nivel más fundamental.

El interés de Cristina se centró en conocer de qué está hecha la materia y cómo se comportan las partículas fundamentales que la forman, y a través de teorías, explicar cómo es que el universo evoluciona desde sus orígenes hasta ahora. Así comenzó a hacer colaboraciones científicas en ambientes internacionales y a participar en experimentos muy complejos.

“Actualmente existe el modelo estándar de las partículas elementales, que nos dice cuáles son los componentes fundamentales de la materia y las interacciones que gobiernan a estas partículas. Aprendimos hace tiempo que los núcleos de los átomos tienen protones, electrones y neutrones; estos últimos, de cosas todavía más chiquitas: los quarks”, comenta.

Cristina cuenta que hasta ahora la humanidad ha descubierto seis tipos de quarks que se han agrupado en familias. En la primera familia están los quarks de los que están hechos los protones y neutrones. Explica que otros quarks se han descubierto en experimentos de altas energías y éstos se logran producir, pero como son inestables, se desintegran muy rápidamente.

“Una pregunta abierta en la física de partículas es ¿por qué son tan diferentes las masas? Por ejemplo, el quark top pesa lo mismo que un átomo de oro. El modelo estándar, tiene limitaciones. Estas partículas son como un canal de acceso a potencialmente buscar física nueva que nos ayude a complementar nuestro entendimiento actual”, anota.

La académica del Departamento de Física y Matemáticas señala que buscar nuevas partículas ligadas al quark top o al quark bottom son experimentos en los que la IBERO colabora con el CERN y orgullosamente es la única universidad privada que participa en estos experimentos; el resto de las instituciones mexicanas son públicas.

¿Cómo se abrió brecha en la ciencia como mujer?

Refiere que para llegar lejos como investigadora el balance es difícil y, aunque no se ha enfrentado a conductas discriminatorias por ser mujer, se ha visto en la necesidad de tomar decisiones respecto a cómo distribuir el tiempo cuando formó una familia con su pareja actual, la cual impulsa su carrera.

No es igual que una mujer salga a la calle a que salga un hombre. Tienes que pensar a ver a dónde vas a ir y ver qué te puedes poner. Este país que cada vez es más violento; en particular, con las mujeres sigue habiendo una diferencia en cuanto al acceso a la educación, la ciencia, tecnología, ingeniería, matemáticas”, acota.

Reflexiona sobre los estereotipos y los roles que se esperan de las mujeres, la brecha salarial entre hombres y mujeres, los techos de cristal, un obstáculo para el crecimiento y presencia de las mujeres en las organizaciones; no obstante, dice que hay mejoras, donde la mujer ha ganado espacios en diferentes áreas.

El mensaje que da a las mujeres que quieran dedicarse a la ciencia es que no se crean los estereotipos, de si son carreras de hombres, pues, si es algo que les apasione, que sigan adelante y luchen por abrir brecha a las nuevas generaciones, formar comunidad, protestar por injusticias contras las mujeres, tener redes de apoyo, estar unidas y buscar aliados.

“Velar por sus derechos, levantar la voz cuando vean injusticias en cuestiones cotidianas, los micromachismos. Muchas veces te da miedo decir algo o te da pena decirlo, cuando veamos que algo no está bien, decirlo y no tener miedo a expresarse”.

Menciona que la medicina es una de más beneficiadas por la física de partículas, porque ya en muchos hospitales hay mini aceleradores que se usan para el tratamiento de tumores, las herramientas de imagenología, escaners, tomografías, los sensores de silicio que también se pueden usar en cámaras, o en comunicaciones.

“Hay un impacto a la sociedad de lo que hacen estos experimentos, ahorita no podemos saber si lo que estamos haciendo eventualmente va a tener un desarrollo que potencia a un invento. La ciencia obviamente regida por las leyes de la física recibe inspiración de la ciencia ficción, pero la ciencia es tan maravillosa y tan loca que inspira a la ciencia ficción”, puntualiza.

Texto y Fotos: Luis Reyes

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