Afectxs Ciudadanxs, grito colectivo ante las violencias de género
En 2021, a nivel nacional, del total de mujeres de 15 años y más, 70.1 % experimentaron al menos un incidente de violencia: psicológica, económica, patrimonial, física, sexual o discriminación. Esto es lo que dicen las cifras del INEGI, los números distantes. ¿Qué dicen las voces de la experiencia en carne propia? ¿Qué dices tú desde tus propias vivencias?
Se acerca el 8 de marzo, una fecha que cada vez más se vuelve símbolo de reivindicación y resistencia de la mujer, y la artista y activista Lorena Wolffer, junto con el Programa de Género e Inclusión de nuestra IBERO, han colocado en la explanada universitaria una intervención cuya esencia depende de la participación del público y estará disponible del 27 de febrero al 1 de marzo. Consiste en mamparas con tres preguntas que detonan la reflexión en torno a las violencias que viven las mujeres, con espacios para que las variadas respuestas sean escritas.
A las mujeres cis y trans: Tus sentires sobre las violencias contra las mujeres, ¿han cambiado con el paso del tiempo?, dice una de las preguntas. “Sí, ahora soy más consciente de ellos y me enoja muchísimo”. “Antes pensaba que era normal, ahora no hay lugar o momento en que no perciba violencia machista”, “Estoy más informada pero el miedo y la impotencia crecen día con día. Estar con mis hermanas en la lucha me da esperanza dentro del caos. Sólo quiero vivir en paz y que todas tengamos ese privilegio algún día”, son algunas de las respuestas.
Este tipo de intervenciones son espacios de denunciación colectiva, nos dice Lorena, quien fue integrante del Parlamento de Mujeres de la Ciudad de México en 2019. Esta dinámica genera “procesos mutuos de validación, yo valido lo que tú sientes y tú validas lo que yo siento”.
Los enunciados individuales, continúa la activista, se potencian al lado de los demás, “se transforma en un enunciado coral que resulta poderoso porque se compone de muchas voces en donde cada una tiene un lugar pero también producen algo de manera conjunta”.
A las mujeres cis y trans: ¿Te sientes completamente segura en algún lugar?, dice otra de las preguntas. “Nunca me siento segura”. “En espacios públicos difícilmente me siento segura; siempre estoy alerta para manejar agresiones físicas o verbales, e incluso en situaciones de trabajo estoy alerta siempre a las agresiones misóginas”. “Bajo el techo de mi casa”, respondieron con sus textos algunas de las participantes.
Hablar en primera persona de lo que hemos vivido y nombrarlo es una forma de reparación, reflexiona Lorena. “Se transforma en el mejor de los casos en ejercicios colectivos de visibilización, de reparación y, en su defecto, de enunciación y de denuncia”, nos dice, a sabiendas de que desde el campo del arte activista se puede lograr, nombrar y hacer lo que resulta más difícil hacer desde otros.
La muerte violenta de las mujeres por razones de género, tipificada en nuestro sistema penal como feminicidio, es la forma más extrema de violencia contra la mujer. Lorena nos recuerda que este año se cumplen 30 años de los primeros feminicidios en Ciudad Juárez, y lamentó que, si bien se ha avanzado a nivel legislativo, “la cultura que fomenta, solapa y permite las violencias sigue tan sana como siempre”.
A las mujeres cis y trans: ¿Cómo te sientes viviendo en un país en el que se cometen 12 feminicidios al día?, dice la tercera pregunta. “Antes era miedo, ahora sólo me queda enojo”. “Me siento harta de tener que estar pendiente todos los días de lo que podría pasarme, estoy cansada, pero más que nada enojada, pues vivir con miedo no es vivir”. “Aprendes a vivir con la amenaza constante de que hoy puede ser tu último día”, son algunas de las expresiones escritas en las mamparas.
Esta violencia no es un problema individual, ni es responsabilidad de una o de dos personas, es una responsabilidad social, resalta la Dra. Elvia González del Pliego Dorantes, coordinadora del Programa de Género e Inclusión (PGI).
Desde 2015 la IBERO incorporó en su agenda el tema de género y, desde entonces, ha constituido distintas instancias para atender cualquier tipo de violencia y discriminación, como el Comité de Género, la Procuraduría de Derechos Universitarios y el Programa de Género e Inclusión. La lucha de la IBERO en esta materia camina con paso firme. No por nada la Red Iberoamericana de Defensorías Universitarias (RIDU) reconoció al Protocolo para la Prevención y Atención de la Violencia de Género en la Universidad Iberoamericana como un modelo a seguir para otras instituciones de educación interesadas en visibilizar y prevenir distintas formas de agresiones. Dispone también de una avanzada Política Institucional para la Igualdad y Equidad de Género y, en la parte académica, ofrece el Doctorado en Estudios Críticos de Género. En lo que se refiere a su personal, ofrece con regularidad capacitación en esta materia.
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Texto: Yazmín Mendoza. Fotos: Jorge Luis Cortés
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