Digitalización, la urgencia de los pequeños negocios frente a la pandemia

Lun, 28 Dic 2020
Algunas Mipymes lograron reconvertirse para salir adelante en plena emergencia sanitaria; otras mostraron su ingenio y también fueron solidarias
  • Debido a su tamaño, los pequeños negocios y Mipymes tienen una capacidad extraordinaria para adaptarse a las nuevas tendencias de mercado (Pixabay).

Este 2020 ha sido un año difícil para las micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes), pues se ha registrado un incremento en la 'mortalidad' de establecimientos en estos meses de pandemia.

Pese al oscuro panorama, no todo ha sido tan malo para los pequeños negocios del país, pues durante esta crisis sanitaria mundial, muchos lograron sobrevivir gracias a la digitalización, al ingenio y a que lograron reconvertirse. Ante los retos, nunca dudaron en ser solidarios con quienes se encontraron en una situación más complicada que ellos.

Las restricciones sanitarias al inicio de la pandemia, que implicaron el cierre de comercios para evitar la interacción física entre clientes y empleados, hizo que muchos establecimientos dejaran de operar. Lo mismo ocurrió con las cadenas de suministro que dependían de la importación de materias primas. Esta situación se ha traducido en cierre de negocios, despidos y desempleo que impactan a la economía del país.

El estudio sobre la Demografía de los Negocios (EDN) 2020 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) arrojó que, de las 4.9 millones de empresas micro, pequeñas y medianas que había en 2019 sobrevivieron 3.85 millones, es decir, un millón 10 mil 857 establecimientos, lo cual significa que el 20.81% cerraron sus puertas.

De acuerdo con el INEGI, esta situación provocó la perdida de 4.12 millones de puestos de trabajo, pues en los establecimientos que dejaron de operar laboraban alrededor de tres millones de personas, mientras que en los locales que salieron a flote tuvieron una disminución de 1.15 millones de personas.

Para el Dr. Andrés Ramírez Portilla, académico de tiempo completo del Departamento de Estudios Empresariales de la IBERO, existen tres formas en las que los pequeños negocios pueden afrontar una crisis.

1.- Adaptarse a una nueva situación, pues en el pasado hubo crisis de todo tipo: económicas, desastres naturales, sanitarias; por lo cual, es importante que sepan cómo reconvertir sus establecimientos de acuerdo a como lo exigen las normas sanitarias. Esto incluye también adaptar el trabajo a una modalidad a distancia para los empleados, decisión que permitirá contar con un negocio más sostenible y resiliente.

2.- Potencializar la digitalización. Se trata de una situación compleja, ya que en México el grado de penetración de Internet en 2018 fue del 65.77%; mientras que en 2019 alcanzó el 67.75%  y en 2020 ha sido cercana al 70%. Sin embargo, estos datos no se comparan con los de los de Brasil, que tiene 89.80%, o Venezuela, con 95.83%. El promedio de la OCDE para América es de 88.33%. Esto nos dice que aún nos falta mucho.

“Cuando se trasladan estos datos a la intensidad del comercio electrónico, de cómo las pequeñas empresas utilizan este Internet, nos damos cuenta de que el acceso  en México sigue siendo limitado y que su calidad es deficiente, pues la banda ancha que puedan tener estos negocios es limitada y cara”, expresó el también coordinador de Futuros resilientes para pequeños negocios, un proyecto de la IBERO que busca apoyar a las Mipymes afectadas por la pandemia del COVID-19.

De acuerdo con el especialista, la adopción de Internet es muy importante para que las Pymes incorporen la tecnología en sus procesos. Es decir, "si no tengo una buena Red, no puedo empezar a incorporar elementos como el internet de las cosas, el big data o cloud computing”.

Añadió que la digitalización es clave en el escenario actual porque ayuda a disminuir los desplazamientos de los colaboradores, fomenta la flexibilidad y la conciliación laboral, y de esta forma lograr que los empleados sigan laborando y no se pierda el know-how (saber-hacer).

“Si los pequeños negocios entienden la oportunidad que significa la digitalización serán más resilientes. Pero esto no significa sólo crear mi página web, de Facebook o una app. También implica incorporarte a una plataforma de economía colaborativa, así como utilizar tecnologías que impacten en las operaciones”, dijo.   

3. Aprovechar las nuevas tendencias de mercado. Debido a su tamaño, los pequeños negocios y Mipymes tienen una capacidad extraordinaria para adaptarse a las nuevas tendencias de mercado, porque pueden alinear fácilmente la producción y la comercialización de bienes y servicios a lo que se necesita.

El especialista compartió el ejemplo de un pequeño negocio que se dedicaba a elaborar y vender recuerdos para fiestas y con la pandemia dejaron de fabricarlos. Pero como contaban con maquinaria decidieron reconvertir el negocio y fabricar cubrebocas, de tal manera que alinearon la producción y comercialización de sus productos y servicios a una nueva tendencia. “Se adaptaron a lo que se necesitaba”.

“La búsqueda de nuevas oportunidades de negocios es clave. Además de reinventar la cadena de valor, se trata de ver cómo generar valor en lo que se ofrece a los clientes”, añadió.

Por ejemplo, el académico compartió que ante la emergencia sanitaria por la COVID-19, la tendencia es estar sano y por ende ofrecer productos saludables. Pensar en lo que se viene, lo que la gente está buscando. “Como a los pequeños negocios ya les impactó están viendo la manera de ayudar a su propio entorno, a su propia colonia".

Afrontar la crisis

Para el Mtro. Diego Martínez de Velasco, coordinador del Centro del Emprendimiento y Desarrollo Empresarial (CEDE) de la IBERO, ha habido mucha incertidumbre en medio de esta crisis, pues en marzo se registró el primer shock cuando todo se cerró, pero hace apenas un par de meses que se registró un pequeño respiro para la economía aunque con algunas restricciones.

Sin embargo, ante el aumento de contagios y la saturación de los hospitales, se decretó semáforo rojo en la Ciudad de México y el Estado de México, lo que significó el cierre definitivo de comercios y restaurantes que ya habían abierto, con la posibilidad sólo de vender alimentos para llevar.

Pero también está la otra cara de la moneda. De acuerdo con el coordinador de Mipyme IBERO, quienes se han visto beneficiados de esta crisis han sido las empresas que contaban con infraestructura digital para hacer transacciones, marketing y logística. De tal manera que, en el momento en que se rompe la interacción física con los clientes, pudieron llegar a las personas de otra manera.

Esto tiene que ver con la innovación en el modelo de negocios, es decir, estar preparados ante el cierre tiendas, en generar canales de venta virtuales, en cómo enviar los productos a los clientes, incluso,  para que los evalúen, los seleccionen y después los compren; todo de manera remota, como el caso de la empresa Ben&Frank.

El especialista añadió que surgieron pequeñas empresas de delivery que se encargaron de enviar productos a los clientes y mantener relación con el cliente postcompra. Pero esto lo lograron hacer quienes estaban digitalizados.

Sin embargo, la digitalización conlleva retos, no es tan fácil de un día para otro decir que se va a empezar a vender en línea porque se necesita toda una infraestructura financiera, de marketing y tecnológica que permita llevarla a cabo.

“Muchas empresas se dieron cuenta que debieron digitalizarse antes; pero muchas no lo veían necesario y creo que esta pandemia aceleró la digitalización”, explicó.

Digitalización de los pequeños negocios

La digitalización es el proceso en el que se emplean tecnologías digitales para simplificar, mejorar y/o automatizar operaciones o procesos de negocio. Este proceso no es nuevo, de manera constante está teniendo lugar a escala global desde los años 80 y 90 mediante la incorporación progresiva de tecnología como soporte a la ejecución de tareas en cualquier ámbito de las empresas, explica Strategyco, un grupo de profesionales con experiencia en la dirección y gestión estratégica de los negocios.

Mientras que la transformación digital consiste en llevar a cabo una transformación profunda de procesos, competencias y modelos de negocio para sacar el máximo provecho de las oportunidades que ofrecen las tecnologías digitales. En particular, para dotar a las empresas de herramientas que permitan tomar decisiones más automáticas y objetivas a partir de la información digitalizada (datos), generada por la propia empresa y la eventual explotación de fuentes de datos externas que permitan enriquecer la información propia.

Isaac Alfie Massri, UX Researcher (investigador de usuarios) de OZMO Futures Designs S.C., empresa que también participa en el proyecto Futuros resilientes para pequeños negocios, derivada de la convocatoria #IBEROFRENTEALCOVID19 de la División de Investigación y Posgrado, señaló que la digitalización en las empresas consiste en llevar procesos análogos a digitales, por ejemplo, pasar de cobrar únicamente en efectivo y guardar el dinero en una alcancia a aceptar pagos con medios digitales que automáticamente genera un registro digital.

Compartió que durante esta crisis encontraron dos posturas en los negocios. Por un lado, hubo quienes fueron totalmente reactivos, mientras que otros fueron más resilientes.

Es decir, los reactivos reaccionaron con recursos que tenían, pero fueron pasivos sobre las indicaciones de las autoridades. Sus acciones son muy conservadoras y la mayoría de los negocios tienen esta característica.

“Esto se entiende porque son las herramientas que tienen, no todos pueden pensar fuera de la caja cuando tienen la presión de sobrevivir”, dijo Alfie Massri.

Explicó que los que fueron más resilientes, tomaron riesgos y no esperaron a ver que sucedería, sino que sacaron nuevas cosas, eran mucho más dados a tomar estrategias. Al respecto, una de las características y fortalezas más importantes de estos negocios es la cercanía que generan con sus clientes.

Entonces cuando empezó la pandemia generaron nuevos productos o servicios pensando que los clientes les comprarían y así sucedió, fueron estrategias reactivas, pero su curva de venta fue pequeña.

Al respecto, platicó el caso de un negocio de sushi que decidió vender los ingredientes para que las personas hicieran este platillo en su casa. Para el especialista, se trató de una idea a corto plazo, no de una estrategia, pues era algo que no podía ser sostenible.

Compartió que con los sectores que han trabajado gracias a la convocatoria de la IBERO son el turístico (agencias de viajes); alimentos (restaurantes), así como en la industria del entretenimiento y con comercializadoras. Cuando acaben los talleres, las herramientas que utilizaron estos pequeños negocios serán públicas para que todas las personas tengan acceso a ellas.

Alfie Massri señaló que en la economía local, hubo la oportunidad de cambiar de giro para tener ingresos, de tal suerte que los negocios que pudieron decidieron manufacturar cubrebocas y otros vender gel antibacterial. “Muchos se diversificaron y sacaron nuevos productos con los que lograron salir adelante”.

Asimismo, compartió que pese a las circunstancias económicas tan complicadas en plena pandemia, hubo quienes no dejaron de lado su responsabilidad social y evitaron recortar personal, aunque eso implicara sacrificar utilidades para sobrevivir. Mientras que pequeños restaurantes que estaban cerca de hospitales decidieron regalar comida al personal médico.

  • Notas de interés:

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Valentina González/ICM

 

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