Para 2022, ya había 11 estados mexicanos con más militares que policías, y es muy probable que actualmente esa cifra sea mayor, asegura el Programa de Seguridad Ciudadana (PSC) de la IBERO Ciudad de México. Desde hace años las autoridades civiles de los tres órdenes de gobierno, salvo excepciones, han ido abandonando la tarea esencial de fortalecer las policías en México, favoreciendo, en cambio, el desarrollo y despliegue de las fuerzas militares, explica el Programa.

Este despliegue y distribución de tareas entre instituciones militares y policiales es preocupante porque implica falta de transparencia y claridad en la estrategia, ya que, aunque las fuerzas armadas están desempeñando tareas de seguridad pública, no poseen las mismas características ni actúan igual que una institución policial, advierte el PSC.

También señala que, desde la creación de la Guardia Nacional (GN) en 2019, se planteó una distribución consistente de su personal en todo el país, con mayor enfoque en zonas de alta incidencia delictiva, sobre todo el homicidio. Desde entonces, varias organizaciones e investigadores han advertido sobre las inconsistencias del despliegue de la GN y métricas de incidencia delictiva.

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