Si tienes todo el entusiasmo para ser Señor-Señora-Señore de las plantas pero no sabes por dónde empezar, o ya empezaste pero por algún motivo tus cultivos no sobrevivieron a tu autodidacta forma de amarlos, los talleres que lleva a cabo el Huerto IBERO José de Acosta, S. J. –junto a la puerta 5 del campus-- son para ti. El más reciente fue organizado de la mano de nuestro Programa Universitario para la Sustentabilidad, en el marco de la semana Laudato Si’.

¿Sabías que aquí pueden hacer su servicio social estudiantes de varias carreras? Por ejemplo, Arquitectura, Ingeniería Química, Comunicación, Ingeniería Mecánica y Eléctrica e Ingeniería Biomédica; puedes escribir a huertourbano@ibero.mx para pedir informes. El taller de este 25 de mayo fue impartido precisamente por el actual equipo de servicio social, quienes transmitieron a las y los participantes muchos conceptos valiosos y consejos de aquellos que parecen sencillos pero que encierran la sabiduría de quien ha dedicado su atención paciente al cultivo de un huerto exitoso, como lo han hecho ellos y ellas en los últimos seis meses.

Al escucharles dar completas explicaciones con base en esta experiencia de aprendizaje, es fácil entender por qué dicen que “la parte más bonita del trabajo en el huerto es acompañar el crecimiento de las plantas”. Con información que abarcó desde cómo armar una paleta vegetal y qué tipo de riego aplicar, hasta cómo elaborar y usar composta, así como detectar cuándo están listas para la cosecha las hortalizas que crecen bajo tierra, entre muchos otros datos cruciales, respondieron una avalancha de dudas que brotaban de la frustración que han enfrentado las y los amantes de las plantas que asistieron al taller, y que no dejaban de asombrarse por la belleza de los cultivos.

Y es que no importa cuántas veces acudas al Huerto IBERO, siempre te vas a encontrar una postal diferente. Por ejemplo, la Dra. Dulce Ramos, Coordinadora del Programa Universitario para la Sustentabilidad, tuvo el honor de cosechar una enorme calabacita, no sólo la más grande jamás cultivada en nuestro huerto, sino seguramente también ¡la más grande que muchos y muchas hemos visto!

Quienes han colaborado en la conformación del huerto, cuya semilla fue sembrada en 2016 cuando comenzó como un invernadero de lechugas hidropónicas, lo conciben también como un laboratorio donde se llevan a cabo distintos proyectos interdisciplinares de investigación en sustentabilidad que incorporan la participación de la tecnología. Muestra de ello es el perfil de la Coordinadora del huerto, Miranda Ori Orlansino, quien es egresada de Ingeniería Química y también asistente de investigación en el Instituto de Investigación Aplicada y Tecnología (InIAT) de la Universidad Iberoamericana; además, formó parte de la primera generación que hizo servicio social en este espacio.

Ella explicó que uno de los puntos más importantes a la hora de crear tu huerto es investigar sobre las plantas que te interesan, “porque a veces se nos olvida que son seres vivos que tienen ciertas características o cuidados que tienes que darles para que crezcan bien”. El equipo de servicio social insistió también en que lo principal es observar tu huerto, pues “las plantas te dicen qué necesitan”. Es por ello que, por mucho que puedas leer, no hay nada como un clavado inicial en el Huerto IBERO, para que veas por ti mismo o por ti misma cómo se ven las plantas sanas, que raspes la tierra para sembrar, que sientas la textura de la tierra fértil, “ligera y húmeda”, que reconozcas cuando una planta está lista para cosecharla y mucho más. ¡No esperes par inscribirte a los próximos talleres! (Síguelos en Instagram para enterarte de las fechas)

Las y los participantes visitaron también el espacio de los huertos familiares de inmunonutrición. De hecho, la investigación que dio como fruto estos huertos fue premiada en un congreso en Barcelona, y cinco de ellos fueron donados a familias de Santa Fe como una de las respuestas de nuestra Ibero ante la pandemia de Covid-19.

El Dr. Juan Casillas, responsable técnico del proyecto, mencionó que el Huerto IBERO, cuya inauguración oficial se realizó el 28 de abril, es el resultado de un proceso de muchas manos, muchos corazones, mucha gente convencida y con la voluntad de aprender y de compartir. “Queremos que éste sea un espacio de encuentro comunitario, como lo estamos haciendo ahorita, de aprendizaje, de intercambio de saberes y de producción”.

Texto y fotos: Yazmín Mendoza

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