La 'generación de cristal'... mhhh. ¿Qué opinan las y los jóvenes de esta etiqueta?
En 2018 sucedió un hecho histórico que, advierte la ONU, transformará al mundo en las próximas décadas en los sectores laboral, financiero, político, de salud e incluso impactará en las estructuras familiares y los lazos intergeneracionales: Por primera vez, las personas mayores de 65 años -- o más -- superaron en número a los niños menores de cinco.
Dicho cambio en la pirámide generacional pone sobre la juventud actual el peso de sostener una economía en la que habrá menos personas laboralmente activas que en siglos pasados y muchas más personas adultas mayores que requerirán atención médica especializada y podrían representar un desafío para el sector salud.
A pesar del importante papel histórico que jugarán en las próximas décadas quienes hoy tienen entre 15 y 29 años, la sociedad les ha colocado la etiqueta de “generación de cristal”, un término acuñado por la filósofa española Montserrat Nebrera (2021) como una metáfora para describir la fragilidad emocional de adolescentes y jóvenes de hoy en día.
Una generación que, según la autora, habría sido protegida en exceso por sus familiares y, en consecuencia, serían personas con poca tolerancia a la crítica y más suceptibles a la frustración ante metas no alcanzadas. Pero eso no es todo, además, dicho segmento poblacional demandaría un reconocimiento constante por su falta de autoestima e inseguridad a la hora de tomar decisiones.
La aparente fragilidad de la “generación de cristal” -- que ha crecido en un mundo completamente digital, en donde el entretenimiento no está en la televisión sino en YouTube y en redes sociales; la música y el cine no llegan por MP3 y DVDs sino por apps y para investigar un dato no tienen que prender la computadora sino dar un clic desde su smartphone --, también ha sido interpretada como una fortaleza, por su sensibilidad hacia los problemas sociales y hacia aquellos relacionados con la salud mental y emocional.
Fundación SM hizo un sondeo para conocer más de los y las jóvenes de Iberoamérica
Sobre el tema, el Observatorio de la Juventud Iberoamericana de la Fundación SM realizó su segunda serie de encuestas flash titulada “Generación de Cristal. Más allá de la etiqueta”; para la cual entrevistaron, vía online, a mil 600 jóvenes de entre 15 y 29 años de España, México, Brasil y Chile.
Este 25 de enero, los resultados de la última encuesta flash -- que en el caso de México se aplicó a 400 jóvenes -- fueron revelados en el Auditorio Amado Aguirre de la Universidad Iberoamericana, en donde se dieron cita Cecilia Espinosa, directora de Fundación SM México, Rogelio Gómez Hermosillo, coordinador de Acción Ciudadana frente a la Pobreza y especialista en juventud; así como Cimenna Chao, directora de Innovación Educativa de la Ibero y Ariana Pérez, responsable de Investigación y Evaluación Educativa de la Fundación SM, quien desde España se conectó vía remota.
Comencemos con ¿qué opinan las y los jóvenes del término “generación de cristal”?
De acuerdo con el sondeo, se divide entre quienes piensan que es un término adecuado para explicar su postura crítica ante las injusticias del mundo (42%) y las y los que lo interpretan como algo negativo considerándolo una crítica hacia ellas y ellos (44%). Sin embargo, 63% coincide en que es inaplicable al conjunto de la sociedad.
Asimismo, perciben como atributos de sí mismos y de su generación la sensibilidad hacia los problemas sociales, el reconocimiento de la importancia de la salud mental y baja autoestima e identifican la defensa de la diversidad como una cuestión más generacional que propia.
¿Cuál es su opinión sobre la sobreprotección y la tolerancia a la crítica?
Respecto de sus mayores preocupaciones, 40% de las y los jóvenes en México temen incumplir las expectativas de entorno más cercano (familia, amigos o pareja) y sienten frustración por no llevar la vida que quieren; mientras que a 56% les cuesta vivir con la incertidumbre de a qué se van a dedicar en el futuro.
La mitad de las y los jóvenes reconoce que sus padres han sido demasiado protectores con ellos; no obstante, 60% afirma que sus padres han contribuido a que desarrollen una autoestima fuerte. Dichos datos entran en contradicción con su autoidentificación (personal y generacional) de “baja autoestima o inseguridad en relación con las capacidades personales”.
A pesar de que 57% de los y las jóvenes niega que las personas adultas se sientan con el derecho de criticarles por el mero hecho de ser jóvenes, 62% considera que los acusan de falta de esfuerzo en los estudios, en el trabajo o en la vida en general. También 65% considera que rechazan que les critiquen por su forma de pensar.
Al 57% de las y los jóvenes le molesta que se hagan chistes o bromas que ridiculizan o discriminan a las minorías, un porcentaje que se eleva a 66% en el caso de las chicas.
La mitad afirma que ha sufrido emocionalmente por haber recibido comentarios sobre su aspecto físico, forma de ser o pensar. Sin embargo, 60% opina que vivimos en una sociedad demasiado sensible donde la gente se molesta por cualquier cosa.
Sobre la toma de decisiones y la cultura del esfuerzo
El 56% de las y los jóvenes opina que las crisis económicas, sanitarias y sociales dificultan más sus posibilidades de elección que de las de generaciones más adultas, sentimiento más presente entre mayores de 21 años. Tres de cada cinco jóvenes afirman que vivimos en sociedades en las que todo el mundo espera que le digan qué hacer y cómo hacerlo y un tercio evita tomar decisiones por miedo a equivocarse.
La mayoría de las y los jóvenes (56%) desestima que las generaciones anteriores tuvieran más facilidades para progresar socialmente que la juventud de ahora.
El concepto de meritocracia sigue estando vigente entre la juventud mexicana. Así, 67% de los y las jóvenes opina que esforzarse (en los estudios o el trabajo) es una garantía para lograr tus objetivos en la vida. El porcentaje que afirma que la mayoría tendría que esforzarse más asciende a 69%.
¿Cuál es la opinión experta sobre los resultados?
Para Rogelio Gómez Hermosillo, coordinador de Acción Ciudadana frente a la Pobreza, “es oportuno y relevante mover la conversación sobre los estigmas, los prejuicios y las etiquetas que afectan a las personas jóvenes” y destaca como algo valioso que ellas y ellos encuentren cómo resignificar el término “generación de cristal” de forma positiva y enfocarlo en su capacidad crítica.
Sin embargo, el también especialista en temas de juventud reconoce que, si bien los datos del sondeo revelan información valiosa, en su preocupación por elegir carrera se puede notar un sesgo socioeconómico “hacia arriba” que no representa a esa totalidad de la población de entre 15 y 29 años que en México “tiene muchos problemas para acceder a un trabajo” e incluso para seguir estudiando: “De los hogares más pobres sólo 10 de cada 100 llegan a la universidad”.
“Sobre si les sobreprotegen, refiere que a las y los que ahorita tienen entre 25 y 29, les tocó una súper crisis y a muchos de ellos les tocó la transición de México a una economía maquiladora que hizo que muchas mamás se fueran a trabajar y dejaran solos a sus hijos". Se pregunta: "entonces, ¿cuál sobreprotección?, si ahí tenemos un problema de subprotección, que obviamente no se refleja en este sondeo, pero hay que tenerlo en el horizonte cuando se miran estos datos”.
El coordinador de Acción Ciudadana frente a la Pobreza también reflexiona sobre el asunto del mérito, “otra vez se refleja un poco el sesgo porque la gran mayoría de las personas jóvenes tienen serias dificultades para acabar de estudiar y para conseguir un trabajo, incluso a los de clase media, imagínense a la gran mayoría”.
La Dra. Cimenna Chao Rebolledo, directora de Innovación Educativa de la Ibero, señala sobre la encuesta: “Yo me afilio con aquella tercera parte (del sondeo) que dice que en la sociedad en general estamos entrando en un estado de fragilidad y me afilio porque sabemos desde otras instancias, como el Instituto de Estudios sobre el Futuro, que efectivamente se avista una evolución social en general”.
“Estamos transitando a un mundo que sí se prevé como más frágil, más caótico, más difícil de entender desde una métrica o un parámetro de estabilidad social y me parece que a las y los jóvenes son a quienes les pertenece ese futuro porque nosotros estamos aquí solamente cuidando el presente y quienes van a llevar el liderazgo son ellas y ellos”, menciona la Dra. Chao.
“Me resulta provocador que ellas y ellos mismos se reconozcan como una generación más sensible hacia los problemas sociales, más abierta a situaciones como el cambio climático, las problemáticas sociales, que ya no tiene tabús implícitos, quizá cada vez menos, de este destino heredado, de estas creencias de otras generaciones, en donde ahora se puede hablar de diversidad cultural, de diversidad de género, de salud mental, donde podemos manifestarnos, incluso, sobre estos motes de generación de cristal”, agrega la directora de Innovación Educativa de la Ibero.
Durante la presentación de resultados, también se celebró una mesa moderada por Angélica Jasso, secretaria técnica de Alianza Jóvenes con trabajo digno, en la que las y los jóvenes César González, Marina Sánchez, Fernanda Cruz y Jorge Sánchez reflexionaron sobre expectativas que pesan sobre la juventud y acerca de la “generación de cristal”. Aquí puedes ver la charla completa en el perfil de Facebook de Fundación SM.
Las preocupaciones de las y los jóvenes son válidas y reales
El año pasado, el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) hizo un análisis sobre la situación educativa y laboral de los jóvenes de 15 a 24 años en México, que suman 21.9 millones; es decir, 17% de la población total.
Aunque el número de jóvenes que llegan a la universidad ha aumentado en los últimos años, el porcentaje aún es bajo. En 2022, el 18% de las personas de este grupo poblacional concluyeron una licenciatura; es decir 4.1 millones, un porcentaje mayor al 11% registrado en 2005.
Cifras del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi), también revelan que desde 2020 las mujeres jóvenes superaron a los hombres en el acceso a la universidad; sin embargo, la mayoría de ellas estudian carreras como enfermería, derecho y administración, en tanto que ellos eligen carreras vinculadas a la ingeniería.
No es fragilidad, es resiliencia
Si bien el aumento de las personas con educación superior es una cifra alentadora, vale la pena tomar en cuenta la opinión de Rogelio Gómez Hermosillo sobre la dura realidad de empleabilidad que enfrenta juventud, incluso con estudios universitarios; así como los retos señalados por la Dra. Chao sobre las crisis sociales y ambientales que en el futuro tendrá la población que actualmente va de los 15 a los 29 años.
Al respecto, recordamos las palabras que el Dr. Luis Arriaga, rector de nuestra Ibero, ofreció durante el foro “Game Changers: Innovación para una vida mejor”, en el que señaló que en medio de esta crisis multidimensional, la universidad debe formar a las y los jóvenes “para que tengan una mirada esperanzadora en el futuro”.
“Eso es una tarea de la familia, de sus tutores, pero también de la Universidad, ¿cómo formamos a las y los jóvenes para que tengan una mirada esperanzadora en este presente que puede parecer desolador? Eso será un skill muy importante y cómo les ayudamos a construir un proyecto de vida claro”, agregó el Dr. Arriaga.
Ahora que tenemos un panorama más amplio, es nuestro deber tratar a las nuevas generaciones con respeto, pues todas y todos hemos estado ahí, y quizá no lo recuerdas, pero sobre tu generación también llovieron críticas, basta buscar los encabezados tras el concierto de Avándaro o la canción en la que los, entonces jóvenes, de Maldita Vecindad reclaman “hey pa’ fuiste pachuco y también te regañaban”.
Por: Laura Herrera Camarillo / JCM / MYMV
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