Ir al nutriólogo no es sólo para bajar de peso o de talla. De hecho, “últimamente hay un enfoque que ya no está centrado en el peso y es más de alimentación intuitiva, ya no es ‘pesocentrista’”, explica en entrevista con Prensa IBERO César Iván Ayala Guzmán, Coordinador de la Clínica de Nutrición de la IBERO, con motivo del Día Nacional de Profesionales en Nutrición, que se celebra este 27 de enero.

Cuando los nutriólogos se centran demasiado en el peso, se puede generar estrés o ansiedad en la persona, porque quizá no entiende la razón por la que no está bajando de peso, si está siguiendo todas las indicaciones, lo cual también afecta su salud a nivel emocional. Lo importante del peso es si implica o no un riesgo para la salud. No porque una persona tenga exceso significa que ya viva con alguna enfermedad; podría no estar en riesgo, si tiene otros factores saludables en su estilo de vida, apunta el especialista.

Acudir a una consulta de nutrición resulta importante para mantener la salud o mejorar la que tenemos; podría ser a nivel de prevención de alguna situación o enfermedad. En sí, la labor de un nutriólogo principalmente se centra en la educación de la persona para que pueda tener una alimentación correcta dependiendo sus necesidades, de acuerdo con Ayala Guzmán.

La alimentación debe ser correcta, equilibrada, saludable, adecuada e inocua, pero lo importante es que la persona pueda, por medio de ella, tener lo que necesita de energía y nutrimentos para evitar algún evento en salud; que pueda satisfacer sus necesidades físicas, mentales y emocionales en el día a día. Si nos cansamos al subir una escalera, por ejemplo, quizá es tiempo de hacer un pequeño cambio para mejorar el estado de salud.

Dejar de pesar los alimentos y enfocarse en un cambio de hábitos

Los nutriólogos, afirma el especialista de la IBERO, se enfocan en educar a la persona para que pueda tener una alimentación adecuada y que no tenga que estar pesando el alimento. Tal vez el cambio de hábitos es suficiente y lo lleve a saber si consumió demasiados carbohidratos en algún momento del día, para ya no hacerlo en la cena, por ejemplo.

Llega un punto en que el o la paciente es capaz de identificar qué es lo que puede mejorar y qué es lo que no le está funcionando para cumplir sus objetivos. Lo importante es buscar que no le cueste trabajo el cambio de hábitos; aunque no se traduzca en el peso, lo ideal es que pueda observar otros cambios, como: ya no me canso subir las escaleras, la ropa empieza a quedar un poquito mejor, me siento con más energía, con más vigor.

La IBERO cuenta con su propia Clínica de Nutrición para su comunidad, que ofrece servicios de calidad a bajo costo. Un estudio que te puede costar por fuera 2 mil pesos, aquí cuesta $200, como es el caso de la Calorimetría, y el ingreso va a ser para el mantenimiento. Entonces podemos tener atención de calidad, a bajo costo y que ayude a las y los asistentes a mantener su salud y a prevenir alguna complicación a mediano o largo plazo, concluyó César Iván Ayala.

La Clínica de Bienestar cuenta con el apoyo de la Maestría en Psicología Clínica, por lo que en casos en los que se identifica una relación de la persona con el alimento, como comer por estrés o ansiedad, se trabaja desde lo emocional, lo cual ayuda al logro de objetivos.

Para agendar una consulta nutricia, medición de glucosa, BodPod, Medición InBody o Calorimetría, conoce en la página de nuestra Clínica de Nutrición los pasos. Puedes acudir directamente al Edificio L, 1er piso, con horario de lunes de viernes de 7 am a 6 pm, llamar al 55 5950 4000, ext. 7239, 7023, 7057 o 7016 o escribir al correo clinica.nutricion@ibero.mx.

Texto: Mariana Domínguez Batis

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