El Movimiento STEM ha permitido desarrollar proyectos de alto impacto que han incidido en la política educativa, tal como sucedió con la Nueva Escuela Mexicana, explicó Graciela Rojas Montemayor, fundadora de este Movimiento y egresada de la Universidad Iberoamericana (IBERO) Ciudad de México (CDMX) en Administración de Empresas.

Indicó que para acelerar este impulso de la educación STEM en México, uno de los retos fundamentales es conseguir más recursos para que las y los docentes de nuestro país puedan intercambiar experiencias y movilizar el quehacer en las aulas para la resolución de problemas.

"Se trata de crear proyectos STEM que resuelvan situaciones reales en las comunidades como pudiera ser la problemática del agua, y a partir de esto cómo la resuelves (…) Hemos logrado muy buena interlocución y mucho apoyo de parte de la Secretaría de Educación", apuntó.

El Movimiento STEM capacita a miles de docentes con un enfoque que promueve la enseñanza de las ciencias, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas como pilares para el desarrollo sostenible y el bienestar social para enfrentar los desafíos globales enmarcados en la Agenda 2030. 

Ha dado acceso gratuito a orientación vocacional y talleres a más de 180 mil adolescentes. Ha involucrado a más de 600 voluntarias y voluntarios y realiza investigación relevante que ha permitido construir una estrategia de educación STEM para México con su respectivo monitoreo de indicadores.

Educación STEM en la IBERO CDMX

A la pregunta sobre cómo observa la educación STEM que imparte nuestra casa de estudios, la egresada de Administración de Empresas de la IBERO CDMX y fundadora del Movimiento STEM refiere que es fundamental cambiar la narrativa sociocultural cuando se habla que las matemáticas son complicadas.

"Soy fan de mi universidad, realmente amo todo lo que hace la IBERO. Mi estancia la describo como una de las etapas más increíbles de mi vida por lo que aprendí de muy buenas y buenos profesores. Me marcó esa visión humanista y transversal, que, en mi caso, me hizo dar ese brinco de querer transformar la realidad social. Es unos de los grandes regalos que me dio la IBERO".

Recordó que su deseo era ser ingeniera como su padre y sus hermanos, pero cuando confesó su deseo de dedicarse a esta profesión -con la cual se construyen sistemas, dispositivos y procesos tecnológicos-, le dijeron que no y que por ser mujer tenía que estudiar algo más sencillo porque se usaban las matemáticas.

Señaló que las mujeres se creían la historia de que las ingenierías eran sólo para hombres, por lo que invitó a las escuelas a ser más inclusivas ofreciendo posibilidades de desarrollo a las mujeres, ya que la apertura desde la educación STEM puede hacer la gran diferencia en nuestro país.

Texto: Luis Reyes/Fotos: Movimiento STEM y Graciela Rojas Montemayor

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