“Ningún Estudiante Solo, Ningún Docente Solo”: Comunidades de Aprendizaje para Transformar Escuelas
Especialistas de Japón y México compartieron experiencias sobre la transformación educativa desde el aula y presentaron visiones y prácticas que demuestran que otra escuela es posible durante la conferencia “Comunidades para el aprendizaje: una filosofía para transformar la escuela”, transmitida por Facebook Live.
Por Japón, destacaron el Dr. Yoshiko Kitada y la Dra. Manabu Sato; y por México, la Dra. Luz María Stella Moreno Medrano, Directora del Instituto de Investigaciones para el Desarrollo de la Educación (INIDE) de la Universidad Iberoamericana (IBERO) Ciudad de México.
La Mtra. Mónica Marisol Villafuerte Alcántara, quien fungió como moderadora de la conferencia presentó a la Dra. Yoshiko Kitada, quien relató el caso de un estudiante de segundo grado que, motivado por escribir historias, se enfrentó a la falta de habilidades y acompañamiento.
Contó que en un salón tradicional con filas y sin interacción, ni él ni muchos de sus compañeros podían avanzar. Fue hasta que su maestra, como parte de una reforma educativa, cambió la disposición del aula a pequeños grupos que la dinámica cambió.
Narró que la cercanía con el alumnado permitió observar, escuchar y rediseñar estrategias docentes, donde años después, este estudiante escribía y dialogaba con soltura.
“El cambio físico y pedagógico no sólo impactó al alumnado, también transformó la práctica docente y fortaleció la colaboración entre colegas, quienes comenzaron a observarse mutuamente y retroalimentarse. Ningún estudiante solo, ningún docente solo”, dijo.
En su oportunidad, el académico japonés Manabu Sato, creador del concepto School as Learning Community, expuso que este modelo tiene más de tres décadas de implementación en su país, con 300 escuelas piloto y 3 mil más que lo han adoptado tras reformas educativas.
Su objetivo, relató, es doble: asegurar el aprendizaje de las y los estudiantes, y garantizar la participación activa de todo el cuerpo docente. Sato compartió imágenes de escuelas mexicanas en Tabasco y Tlaxcala que ya trabajan bajo este enfoque.
Aclaró que no se trata de una receta, sino de una filosofía y un sistema de actividades colaborativas, la escucha activa y la innovación. En palabras del experto, el siglo XXI demanda abandonar el modelo de enseñanza frontal del siglo XIX y organizar el aula en pequeños grupos que promuevan la indagación profunda y el trabajo colectivo.
El Dr. Sato explicó que escuchar verdaderamente a los y las estudiantes permite construir aprendizajes significativos y auténticos. Explicó que, desde esta mirada, la actividad educativa no se centra en repetir lo que dice el docente, sino en interacciones mediadas por pares, maestros o incluso materiales.
Como ejemplo, narró una clase de matemáticas en Japón donde niños de segundo grado restaban cartas hasta llegar a un solo dígito. Al notar patrones en las respuestas que daban múltiplos de nueve, se generó un ambiente de sorpresa y curiosidad en todo el grupo. Lo relevante, según Sato, no era solo el resultado, sino cómo se ayudaban y colaboraban entre sí.
La Dra. Luz María Stella Moreno Medrano, directora del INIDE IBERO, subrayó que las reformas educativas no se gestan en las oficinas ni en los cambios de programa, sino en las aulas, donde se observa el diálogo, la integración y el apoyo entre estudiantes.
Destacó la importancia de callar y dar voz a quienes menos participan. “Si en un equipo de cuatro hay dos que no han hablado, hay que guardar silencio y preguntarles qué opinan”, dijo.
Afirmó que esta propuesta es disruptiva porque invita a la reflexión colectiva entre docentes y a construir una comunidad de cuidados, donde errar es parte del aprendizaje y nadie se queda atrás.
También alertó sobre los retos: si bien se ha intentado implementar en educación superior sin éxito, en educación básica hay más oportunidades, sobre todo si se impulsa una reforma horizontal y empática. La apertura del aula y la observación entre colegas, al menos una vez al año, son claves en esta transformación.
Por su parte, la Mtra. Alicia Luna Rodríguez, directora de la Escuela Nacional para Maestras de Jardines de Niños, valoró esta propuesta como una “revolución silenciosa” que inicia desde el aula.
Destacó la importancia de escuchar entre docentes, estudiantes y directivos para pasar de la pasividad a la acción. “La pedagogía de la escucha es lo que nos permite brincar al aprendizaje”, afirmó. Su institución, agregó, está comprometida con seguir reflexionando y avanzando en esta línea.
Las y los participantes coincidieron en que México tiene el potencial para transformar sus escuelas en comunidades de aprendizaje, donde la equidad, la justicia y la democracia no sean solo ideales, sino prácticas cotidianas tejidas con empatía, colaboración y escucha activa.
Para mayor información sobre la filosofía del aprendizaje colaborativo y este proyecto de democratización escolar, puedes consultar el siguiente enlace.
Texto: Luis Reyes / Foto: Manuel Araus
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