Relatora de la ONU impulsa justicia ambiental en IV Encuentro de Clínicas Jurídicas de AL y Caribe

Mié, 23 Abr 2025
La también académica de la IBERO, Astrid Puentes, llamó a “lograr lo imposible”, a través del litigio ambiental y un esfuerzo colectivo
Dictó la conferencia de clausura del encuentro de tres días; participaron jóvenes ambientalistas de Brasil, Colombia, Chile, Perú, Ecuador, Costa Rica y Bolivia
  • La Dra. Astrid Puentes, relatora ambiental de la ONU y académica de la IBERO, llamó a tejer alianzas y usar el derecho como herramienta para alcanzar justicia climática, durante el IV Encuentro de Clínicas Jurídicas Ambientales.

La triple crisis planetaria (el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la contaminación) nos recuerda que necesitamos un clima seguro, porque es esencial para nuestra supervivencia, lo cual implica agua segura y suficiente; alimentos saludables y sostenibles; entornos no tóxicos; biodiversidad y ecosistemas sanos, aseguró la Dra. Astrid Puentes Riaño, académica de la Universidad Iberoamericana (IBERO) y primera persona del sur global en ser Relatora Ambiental de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

La también Directora del Laboratorio por la Justicia Ambiental y Climática (LabJAC) de la Clínica Jurídica para la Justicia Ambiental “Berta Cáceres”, de la IBERO Ciudad de México (la única del país en su tipo), dictó la conferencia de clausura del IV Encuentro de la Alianza de Clínicas Jurídicas Ambientales que se realizó en nuestro campus del 9 al 11 de abril pasados, y reunió a jóvenes que conforman clínicas en Brasil, Colombia, Chile, Perú, Ecuador, Costa Rica y Bolivia.

Un tejido colectivo para “lograr lo imposible”

“Nada de lo chiquito que están haciendo como estudiantes es chiquito; puede ser transformador”, dijo Puentes Riaño al estudiantado, para posteriormente ejemplificar con dos casos específicos de su carrera profesional, en los que el derecho fue utilizado para el litigio climático y para abogar por los derechos humanos y un medio ambiente sano.

La Relatora Especial de la ONU sobre el derecho humano a un ambiente limpio, sano y sostenible explicó el caso de la Oroya, en Perú, que fue es el primero en la historia del Sistema Interamericano de Derechos Humanos (SIDH), el cual habla de contaminación del aire en una población urbana. Se trata de un problema ambiental provocado por un complejo metalúrgico, instalado en 1922 al lado de la población afectada por décadas. La ambientalista detalló el litigio de 20 años, que se cobró dos vidas, así como los importantes avances logrados.

El segundo caso expuesto fue el proceso del reconocimiento del derecho al ambiente sano en la ONU, comenzado desde 1972. La Relatora destacó la colaboración que impulsó este proceso, ya que durante la pandemia del Covid-19 se recabaron firmas de más de 1400 organizaciones, pueblos indígenas, movimientos sociales y comunidades locales, más de 30 mil mensajes en redes sociales. “Avanzar en lo imposible sólo se logra si nos coordinamos. Cuando vamos en colectivo se pueden modificar las cosas”, señaló.

La abogada ambiental motivó a la audiencia a impulsar una justicia climática colaborativa, y a buscar que el derecho sirva realmente para alcanzarla. Para ello, el trabajo coordinado y colaborativo “es fundamental”. “Cuando vamos en colectivo se pueden modificar las cosas, porque cuando no están las soluciones nos las tenemos que inventar”.

Animó a las personas presentes a seguir haciendo un tejido colectivo para “lograr lo imposible”. Invitó a que “identifiquen qué es lo que sienten que necesitan hacer. Hagan alianzas, busquen mentores y mentoras. Hay que participar. Ver a los y las jóvenes hablar es muy poderoso. ¿Y no hay fondos? Busquen ayuda, levanten la mano y agarren sus espacios”.

Durante la clausura, se adelantó que el siguiente Encuentro de la Alianza de Clínicas Jurídicas Ambientales será albergado por la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile.

 

Texto y fotos: Mariana Domínguez Batis

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