Sistema de cuidados: una prioridad económica y de género: Propuesta de Política Pública desde la IBERO

Vie, 17 Mayo 2024
En México existen tres problemas que están profundamente relacionados y sobre los que vale la pena pensar en conjunto: la pobreza, la desigualdad de género y el sistema de cuidados con el que contamos (o no contamos)
En muchos hogares se tiene que destinar tiempo y recursos al cuidado de otras personas, y esto es normal; las familias suelen tener miembros que requieren una atención especial.
  • En México hay 58.3 millones de personas susceptibles de recibir cuidados en los hogares. (Ilustración elaborada con Firefly).

Las problemáticas sociales que vivimos en México parecen muchas veces irresolubles. Es tanta la población de nuestro país que vive en la pobreza o que sufre de algún tipo de desigualdad, que en ocasiones resulta doloroso y cansado preguntarse cómo podemos empezar a resolver algunos de estos temas. Afortunadamente contamos con estudios que nos sugieren acciones concretas sobre cómo actuar para que las soluciones implementadas tengan un efecto en múltiples niveles de la sociedad y además sean sostenibles en el largo plazo.

Hay tres problemas que están profundamente relacionados y sobre los que vale la pena pensar en conjunto: la pobreza, la desigualdad de género y el sistema de cuidados con el que contamos (o no contamos) en México.

¿A qué nos referimos? En nuestro país 7 de cada 10 mexicanos que nacen en el nivel más extremo de pobreza desafortunadamente permanecen en esta situación durante toda su vida. Es mucho más probable que un mexicano pobre muera en esta situación a que salga adelante. Esto se debe a distintas carencias no sólo económicas sino sociales que limitan sus oportunidades. Una de estas carencias es que en muchos hogares se tiene que destinar tiempo y recursos al cuidado de otras personas.

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Con información de la Dra. Araceli Ortega Díaz, investigadora del Instituto de Investigaciones para el Desarrollo con Equidad (EQUIDE), Dra. Alma Beltrán y Puga, investigadora del Departamento de Derecho y la Mtra. Mónica Orozco C., profesora de Cátedra.
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Esto es normal. Las familias suelen tener miembros que requieren cuidados especiales. Nos referimos a cinco grupos concretos: personas de la tercera edad, niños y niñas, adolescentes, personas enfermas y personas con algún tipo de discapacidad. De acuerdo con la Encuesta Nacional para el Sistema de Cuidados (ENASIC) 2022, realizada por el INEGI, en México se estima que hay 58.3 millones de personas susceptibles de recibir cuidados en los hogares.

Sin embargo, los hogares que no cuentan con los recursos para, por ejemplo, llevar a sus hijos a una guardería, tienen que atenderlos personalmente. Esto implica que tengan menos oportunidades de seguir estudiando, de prepararse o de trabajar, lo que a la vez influye en los ingresos del hogar y dificulta la movilidad socioeconómica hacia arriba.

¿Cómo influye el género? Debido a un arraigado sistema patriarcal, en su mayoría son las mujeres las que deben poner en pausa sus aspiraciones laborales y económicas para dedicarse por completo al cuidado de otros miembros de su familia. Aproximadamente, 6 de cada 10 personas que realizan trabajo de cuidado son mujeres y no reciben remuneración económica por hacerlo. Además, invierten significativamente más horas por semana que los hombres en esta labor (38.9 horas a la semana contra 30.6).

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Detonar el crecimiento del sector de la Economía del Cuidado y asignar suficientes recursos a la instalación y mantenimiento de estos servicios requerirá un fuerte gasto social fiscal. El costo de la inversión en el PIB sería elevado, sin duda, pero a largo plazo este sistema aumentaría la recaudación fiscal, la creación de empleos y la calidad de vida de muchas familias. Sin duda, una respuesta gubernamental a esta problemática es necesaria y redituable para el país.

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Distintos estudios indican que cuando existen servicios de cuidado, la posibilidad de salir del quintil más bajo de ingresos aumenta, en promedio, 62%, es decir, se fomenta la movilidad ascendente. Implementar políticas públicas para atender esta problemática empieza por entender que los servicios de cuidado no pueden seguir siendo no remunerados. Existe la posibilidad de crear una economía en torno a estos servicios y una profesionalización de las personas cuidadoras.

Proponemos establecer programas de capacitación y currículos especializados en el cuidado desde la secundaria técnica, media superior o superior, ya sea en instituciones públicas o privadas. Necesitamos también una reforma constitucional para garantizar el derecho al cuidado y al tiempo propio y ampliar la oferta de servicios de cuidados para los cinco grupos de población prioritarios. Por ejemplo: centros de atención infantil, escuelas de horarios ampliados, centros de atención a personas con discapacidad, enfermas y adultas mayores. También se deben facilitar servicios domiciliarios para el cuidado directo e indirecto, incluidos los servicios de trabajadoras remuneradas del hogar, de salud y rehabilitación, entre otros.

Para enfrentar la disparidad de género en torno a los cuidados, requerimos un cambio cultural importante, así como promover la corresponsabilidad a través de la promoción de horarios laborales flexibles, licencias de cuidado, permisos y servicios en horarios compatibles. Eso con el objetivo de que el peso de los cuidados no recaiga en un solo miembro de la familia y que ambos padres puedan estar generando otros ingresos activamente.

Detonar el crecimiento del sector de la Economía del Cuidado y asignar suficientes recursos a la instalación y mantenimiento de estos servicios requerirá un fuerte gasto social fiscal. El costo de la inversión en el PIB sería elevado, sin duda, pero a largo plazo este sistema aumentaría la recaudación fiscal, la creación de empleos y la calidad de vida de muchas familias mexicanas. No podemos seguir fomentando respuestas de corto plazo que lucren con la necesidad de los más pobres en México, una respuesta gubernamental a esta problemática es necesaria y redituable para el país.

El presente documento es una iniciativa de política pública desarrollada desde instancias académicas de la Ibero que generan conocimiento agregado sobre temas de gran complejidad social. Con ello aspiramos a contribuir al enriquecimiento de las plataformas de campaña de las personas que contenderán por puestos de elección popular en los comicios de este año. El compendio ‘Construyendo en conjunto: Propuesta de Políticas Públicas desde la Universidad Iberoamericana para México’ se entregó a candidatos y candidatas que han participado en los Encuentros por la Democracia celebrados en nuestra institución.

 

 

  

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