Durante el sexenio de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), las conferencias mañaneras marcaron un cambio profundo en la relación del gobierno con los medios y la sociedad, y trajeron consigo un modelo de comunicación política inédito, donde el presidente estableció la agenda para informar sobre su gestión. 

No obstante, se convirtió en un espacio donde el presidente no solo presentó sus versiones de los hechos, también cuestionó abiertamente a medios y periodistas críticos, a menudo descalificándolos como parte de un supuesto bloque conservador, apuntó Erik Fernández Saldaña, Académico del Departamento de Comunicación de la Universidad Iberoamericana (IBERO) Ciudad de México.

Señaló que estas conferencias ofrecieron una exposición directa del presidente ante los medios y la ciudadanía, lo que contrastó de forma significativa con administraciones anteriores donde las interacciones eran más limitadas y controladas. Indicó que esta accesibilidad permitió a los periodistas hacer preguntas directas sobre temas de interés nacional.

Sin embargo, dijo que, con el tiempo, este ejercicio reflejó un intento de control informativo con una audiencia considerable, a través de plataformas como YouTube, donde las transmisiones diarias alcanzaron a millones de espectadores, lo cual fue evidente durante la pandemia del COVID-19, cuando las medidas sanitarias y el manejo de la crisis de salud se comunicó de manera directa.

Acotó que el alcance a través de las redes permitió que muchos ciudadanos siguieran los mensajes del presidente, lo cual contribuyó a la percepción de que la información provenía directamente del gobierno, sin la "interferencia" de los medios, pero limitó la posibilidad de un análisis crítico o de contraste inmediato de la información.

“A medida que avanzaba el sexenio, el gobierno de AMLO inició una dinámica de confrontación directa con los medios y periodistas críticos, especialmente con la creación de la sección ‘Quién es quién en las mentiras’, donde se señalaban y desmentían supuestas desinformaciones”, apuntó.

Dijo que esta situación planteó que el propio gobierno asumiera el rol de verificar los datos, tarea que tradicionalmente recae en actores independientes, y buena parte de la información de las mañaneras, se convirtió en la agenda de discusión cotidiana sobre el posicionamiento del presidente ante ciertos temas de interés nacional.

El académico dijo que las mañaneras de Obrador generaron un desgaste en la relación con los medios y la prensa, sobre todo con aquellos periodistas que enfrentaron señalamientos directos desde las conferencias, lo que condujo a la estigmatización de figuras periodísticas críticas, lo cual planteó preocupaciones sobre la libertad de expresión.

Las mañaneras de Claudia Sheinbaum

Con la llegada de Claudia Sheinbaum a la Presidencia, abundó que se ha buscado una continuidad en el formato de las conferencias, aunque con un estilo diferente. En las llamadas "mañaneras del pueblo" la Presidenta “ha optado por una estructura más formal y una relación menos confrontativa con los medios, con un enfoque en temas específicos”, señaló.

Sin embargo, manifestó que el desafío de los medios sigue siendo el recuperar la credibilidad ante una sociedad que prefiere informarse a través de redes sociales. Para lograrlo, agregó, el periodismo debe centrarse en la verificación rigurosa, en la formulación de preguntas inteligentes y en el ejercicio de un análisis crítico que ofrezca a las audiencias una visión equilibrada y fundamentada de la realidad.

Texto: Luis Reyes Foto: X/ @lopezobrador_ y @Claudiashein

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