DIDAC recupera experiencias y saberes de transdisciplina

Jue, 9 Sep 2021
La Mtra. Sylvia Schmelkes participó en la presentación del número 78 de la revista DIDAC, dedicado al tema ‘Transdisciplina y docencia universitaria’
  • Portada de DIDAC 78.
  • Mtra. Sylvia Schmelkes del Valle, vicerrectora académica de la Iberoamericana.
  • Dr. Luis Javier Cuesta Hernández, director de la División de Humanidades y Comunicación.

La Dirección de Desarrollo, Acompañamiento e Innovación Educativa de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México llevó a cabo la presentación del número 78 de la revista DIDAC (publicación académica sobre temas educativos, editada por la IBERO), dedicado a la Transdisciplina y docencia universitaria, mismo que recupera experiencias y saberes que dan cuenta de formas en que se hacen operativos los conceptos de la multi, la inter y la transdisciplina.

La Mtra. Sylvia Schmelkes del Valle, vicerrectora académica de la Iberoamericana, destacó que el más reciente número de DIDAC “muestra unidad a partir de la diversidad” y muestra diversas visiones y momentos en el camino hacia la transdisciplinariedad. Una búsqueda de la transdisciplinariedad que, dijo, es la necesidad de transformar la realidad poniendo en diálogo al conocimiento científico, al tácito y al culturalmente diverso.

Del contenido de este número de la revista comentó que en, El curso en Educación Basada en Evidencias (EBE): reflexiones para la transdisciplina, la docencia y la investigación, Benavides, De Agüero, Pompa y Sánchez narran cómo un curso de educación basada en evidencias, para docentes de diversas disciplinas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), busca poner el conocimiento práctico de estos docentes en diálogo con la teoría y con la evidencia de los saberes en la educación y la pedagogía.

El artículo relata el curso, que es un esfuerzo por definir y vivir la transdisciplina de la práctica docente, para lo que se recurre a varias técnicas, entre ellas la lectura colaborativa, una experiencia que se lleva a cabo en la pandemia de manera virtual.

Una experiencia transdisciplinar de trabajo comunitario en contextos de formación profesional, de Pérez, Bravo y Mora, versa sobre una experiencia que se llevó a cabo en Chile, que buscó formar transdisciplinariamente a estudiantes universitarios, en un ámbito comunitario, para desarrollar su compromiso social. Se reunieron alumnos/as de varias disciplinas, quienes experimentaron la manera de romper con la visión fragmentaria de la realidad que da la formación disciplinaria.

Los estudiantes tuvieron la oportunidad de intervenir en la realidad mediante procesos de aprendizaje servicio, incursionando en los esfuerzos por solucionar un problema real de la población con su participación. Se buscaba formar en ciudadanía y lograr en el alumnado una visión ampliada del papel mediador del conocimiento en los procesos formativos.

Se logró que la universidad se dejara influir por lo social, al reflexionar sobre la necesidad de contar con políticas universitarias que lo permitan y lo promuevan, y al contar con académicos comprometidos que den seguimiento a procesos complejos. Esta experiencia “es un claro ejemplo de una actividad instructiva y transgresora que busca logros formativos, pero también rupturas estructurales al interior de la institución universitaria”.

Historia de la ciencia y su enseñanza: alcances (inter)disciplinares en la formación científica, de Rodríguez, aborda un caso que se da en el contexto de una escuela de biología, de estudiantes de biología y de un curso para biólogos, pero que es una experiencia interdisciplinaria, porque lleva la historia a la biología.

El autor entiende por interdisciplinariedad el espacio de diálogo y encuentro entre diferentes formas de conocimiento, una historia que no acepta verdades únicas; pero señala que incorporar la historia y las ciencias sociales a la ciencia dura, en este caso la biología, no basta, es apenas un primer paso. Se presenta la disyuntiva de si hacer una historia de las ideas o de la práctica científica, y responde que debe ser un curso de historia del conocimiento.

Entre sus propósitos está hacer ver la necesidad de que la ciencia se acerque al público, y se pregunta acerca de quién debe enseñar interdisciplinariamente. Al reflexionar sobre su experiencia, habla de la necesaria humildad epistémica del enseñante y de lo importante que es fomentar la capacidad de crítica entre los estudiantes.

Prácticas docentes que promueven el compromiso social de sus alumnos, de Silas y Bárcenas, es un acercamiento a la práctica de profesores universitarios que van más allá de lo técnico-disciplinario. Los autores analizan a profesores que trascienden lo disciplinario desde las aulas, y ven que hay quienes lo hacen a través de lo discursivo.

También estudian a quienes se acercan más a una práctica transdisciplinaria, porque se acercan a la realidad mediante el contacto directo, el aprendizaje situado, el trabajo localizado o la vivencia vicaria - que no es un acercamiento a la realidad misma, sino una simulación de este acercamiento-.

Las prácticas estudiadas no son promovidas deliberadamente por las universidades, sino que hasta cierto punto son espontáneas. Desde luego en una universidad que no necesariamente lo intenciona, pero lo permite e incluso lo favorece, esto da lugar a una multiplicidad de propuestas y de planteamientos, mismos que se relatan en este artículo.

Creación de espacios de aprendizaje y enseñanza para la investigación transformadora y transdisciplinar: el Laboratorio de Innovación Transformadora, de Wanner, Bernert, Fischer y Schmitt, que la Vicerrectora encontró “especialmente valioso”, se plantea la investigación transformativa y transdisciplinaria en torno a la sustentabilidad.

Se trata de intervenciones a través de las cuales se aprende, son aplicaciones colaborativas y experimentales en las que se forman los estudiantes, y se construye a partir de la investigación-acción, orientada a generar soluciones a través de la intervención -investigación de Modo 2, de acuerdo con Gibbons-.

El artículo presenta paso a paso cómo se lleva a cabo este proceso: hay que identificar procesos relevantes e integrar disciplinas y otros conocimientos que vienen de otros lados -no necesariamente científicos, ni tampoco anticientíficos-. Busca producir conocimiento orientado a la solución de problemas, socialmente robusto; un conocimiento para la ciencia y para la sociedad.

Lo anterior se hace a través de lo que los autores llaman laboratorios del mundo real, donde se realiza la experimentación en procesos de codiseño, coproducción y coevaluación. También se genera conocimiento de orientación, o sea, el conocimiento orientado y orientador; y conocimiento de objetivos. A esto se le llama estudios de futuros, de “digamos, futuros posibles”.

En los participantes, entre ellos las y los estudiantes, se desarrollan las competencias: estratégica, de pensamiento sistémico, anticipatoria, normativa e interpersonal. Los laboratorios de innovación transformadora integran conocimiento teórico, metodológico, experiencial y reflexivo; esto se integra al currículo, en el segundo año de la maestría, y los estudiantes hacen su tesis a partir de esta experiencia. Existe un manual de este laboratorio de innovación transformadora, que enfatiza una ética de la investigación transformadora, que Schmelkes considera interesante, orientador y esperanzador.

Maass habla De la teoría a la práctica transdisciplinaria: lecciones aprendidas desde el quehacer académico universitario, a través de plantear polaridades, por ejemplo, de lo reduccionista a lo holístico -donde habla de la necesidad de pensamiento sistémico-, de pensar en el ecosistema a pensar en el socio-ecosistema -es decir, la relación entre lo humano, lo social y lo ecológico-; aquí, dice que lo transdisciplinario no sustituye lo disciplinario, sino que parte de él, lo necesita y que para ser verdadera transdisciplina se necesita dominio de una disciplina.

Otras polaridades que plantea son: licenciatura vs. el posgrado -y se inclina más hacia el posgrado, o sea, formar en transdisciplina ya con una disciplina previa en el proceso formativo-; transdisciplina vs transversalidad -sostiene que ambas son necesarias; ciencia básica o aplicada; lo global vs. lo local -soluciona esta dicotomía hablando de un modelo jerárquico, anidado, multiescalar-; y la educación vs aprendizaje -y evidentemente enfatiza el polo de aprendizaje-.

Y en El futuro del presente. El Seminario Permanente de Multi, Inter y Transdisciplina en la Universidad Iberoamericana: una respuesta a los nuevos retos de la educación superior, Cuesta y Pardo relatan el andar de la IBERO, en los últimos dos años, hacia la construcción de programas inter y transdisciplinarios.

Al respecto, Sylvia Schmelkes señaló que la Universidad parte de sus propias fortalezas y selecciona de esas áreas fuertes algunas que se beneficiarían de la interdisciplina y la transdisciplina. La selección y el trabajo de la IBERO son orientados también por los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la Agenda 2030, por Laudato si (encíclica del Papa Francisco) y por las Preferencias Apostólicas Universales de la Compañía de Jesús.

Resaltó que desde luego la IBERO tiene ya muchos antecedentes: desde los institutos de investigación, que comenzaron con una actividad interdisciplinaria y no han perdido esa huella de interdisciplina; modelos de servicio social en donde la intervención es una intervención transformadora; académicos que proyectan su labor hacia la incidencia; y un Doctorado en Estudios Críticos de Género, verdaderamente interdisciplinar, pues en éste participan 12 departamentos académicos distintos.

Asimismo, en licenciatura se están planteando tres programas interdisciplinarios para igual número de temas: territorio, desigualdad y ciudad. Y en posgrado se platean: una especialidad en paz y gobernanza, con un enfoque intercultural; y una maestría en sustentabilidad, también con un enfoque transdisciplinario. Y ya se cuenta con una Maestría en Estudios sobre Migración, que logró interdisciplinarizarse más de lo que ya estaba.

Luego del recuento de los artículos, la Maestra dijo que, por su contenido, el número 78 de DIDAC es sumamente oportuno y necesario, al mostrar “cómo hay caminos más o menos comunes, cómo los diferentes artículos se sitúan en diversos momentos de este camino”, y al mostrar las posibilidades que tienen las instituciones universitarias de trascender hacia la transdisciplina.

DIDAC 78, una referencia fundamental

El Dr. Luis Javier Cuesta Hernández, director de la División de Humanidades y Comunicación, mencionó por su parte, que fundamentalmente encuentra la importancia de este número de la revista DIDAC en que hoy más que nunca es indispensable dialogar y alcanzar consensos sobre los retos de la transdisciplina, en particular en la docencia, lo que equivale a decir sobre la transversalidad y validez de determinados saberes y prácticas dentro de una comunidad académica, pero también en otros ámbitos de la sociedad.

Transdisciplina y docencia universitaria es una edición que se ha convertido ya “en una referencia fundamental… en un escenario indispensable de discusiones para la transformación de nuestro pensamiento y quehacer universitario, y en particular de nuestra docencia”.

A decir del doctor, este número de DIDAC marcará un punto de inflexión en el rumbo de la docencia y la experiencia académica de instituciones educativas, las que sin duda están viviendo uno de los procesos de cambio más importantes de los últimos años, ante los retos que ya se tenían, pero que se intensificaron con la pandemia y sus efectos,  uno de los más importantes, en lo educativo.

“Las vicisitudes derivadas de este acontecimiento están catapultando, casi literalmente, nuestros esfuerzos hacia la transición de nuestras formas de enseñanza, hacia una mejor y mayor comprensión de las necesidades de los estudiantes frente a los desafíos de la realidad. El conjunto de teorías y prácticas que atraviesan distintos campos de conocimiento conformarán, deben conformar en lo sucesivo, la experiencia educativa de los individuos hacia su formación como sujetos políticos con responsabilidad social”.

En la presentación de DIDAC 78 también participaron: la Dra. Araceli Martínez Arroyo, editora de la revista DIDAC; así como el Dr. José Alberto Lara Pulido, director del Centro Transdisciplinar Universitario para la Sustentabilidad de la IBERO; y la Dra. Juliana Merçon, académica de la Universidad Veracruzana; coautor y autora de los artículos ‘Los caminos a la inter y transdisciplina de la Universidad Iberoamericana’ y ‘Comunidades de aprendizaje transdisciplinarias: cuidando lo común’, de los cuales hicieron un recuento.

Lee aquí el número 78 de DIDAC

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