IBERO investiga impacto de entornos alimentarios en la salud y medio ambiente
La Universidad Iberoamericana Ciudad de México, a través de su Centro Transdisciplinar Universitario para la Sustentabilidad (CENTRUS), estudia los entornos alimentarios del país para obtener una visión más amplia e integral sobre las implicaciones que tienen en los sistemas de salud, en el medio ambiente y en las actividades sociales y humanas.
A través del proyecto de investigación Aproximación Multidimensional a los entornos alimentarios de México: salud humana, medio ambiente y sustentabilidad desde el Sistema Universitario Jesuita se podrán conocer las interacciones sociológicas que determinan los patrones de adquisición de alimentos, dietas y nutrición de las personas, así como la salud del planeta.
En entrevista, el Dr. Juan Manuel Núñez, investigador del Centrus, explicó que los entornos alimentarios integran tanto el componente de la producción de alimentos, las preferencias de consumo y la salud de las personas. Por lo cual, con este proyecto los investigadores buscan entender los sistemas alimentarios de todo México, para conocer lo que sucede en entornos particulares como la Ciudad de México y zonas donde habita población vulnerable. Esto permitirá identificar características comunes, pero también diferencias.
Esta investigación que forma parte de los proyectos aprobados en la 17ª Convocatoria para financiar proyectos de investigación científica, humanística y tecnológica de la Dirección de Investigación y Posgrado (DINVP) de esta casa de estudios busca potenciar el desarrollo de metodologíaS mixtas para abordar diversos dominios y dimensiones de los entornos alimentarios necesarios para acompañar un conjunto de iniciativas desde el Sistema Universitario Jesuita con una visión transformadora de la nutrición y el medioambiente.
De acuerdo con Núñez, responsable técnico de la investigación, en un primer acercamiento al tema, han diferenciado los entornos alimentarios en una serie de categorías que permitieron describirlos de acuerdo con la disponibilidad del alimento y a su accesibilidad física y económica para las personas.
Estas diferencias permitieron clasificarlos en: 1) Desiertos: sitios o entornos en los que no hay acceso físico ni económico. 2) Oasis: oferta de disponibilidad física y, además económica, por parte de las personas. Se tiene una gran disponibilidad de alimentos. 3) Pantanos: acceso a alimentos con muy bajo componente nutricional. No hay una oferta saludable de alimentos.
En ese sentido, Sofía Alcalá Reyes, alumna de la licenciatura en Sustentabilidad Ambiental en la IBERO Ciudad de México, quien participa en esta investigación, añadió que los oasis alimentarios están en lugares socioeconómicos altos donde está consolidada la oferta de alimentos, mientras que los desiertos, en las zonas alejadas, donde hay poco acceso económico y físico.
“En México se tiene el problema de malnutrición, por eso hay personas que aparentemente tienen un peso alto, pero en realidad sus cuerpos no están bien nutridos, es una gran problemática porque las personas no tienen el acceso físico o económico para conseguir alimento de calidad, lo cual con el tiempo es más costoso para la salud”.
En este proyecto de investigación participan cuatro alumnas de la licenciatura en Sustentabilidad de IBERO CDMX, así como con investigadoras e investigadores del Departamento de Salud, del Departamento de Arquitectura, Urbanismo e Ingeniería Civil, del Instituto de Investigaciones para el Desarrollo con Equidad (EQUIDE), Instituto de Investigación Aplicada y Tecnología (InIAT), IBERO Tijuana, Instituto Superior Intercultural Ayuuk (ISIA), así como del Centro de Investigación en Ciencias de Información Geoespacial, A.C. (CentroGeo) del Sistema de Centros Públicos de Investigación del CONAHCYT.
Al respecto, la alumna de la licenciatura en Sustentabilidad ambiental en la IBERO Ciudad de México Ana Luisa Reyes Puente, explicó que la condición de salud de las personas tiene menos que ver con decisiones personales y mucho más que ver con el entorno que les rodea, es decir, el lugar en el cual se puede incidir.
“Con el estudio de los entornos, nos damos cuenta de que las políticas públicas y los programas de incidencia, tiene que estar orientado hacia el entorno para transformarlo y con base en eso poder transformar las decisiones de las personas y, por lo tanto, su estado de salud y los resultados que eso tiene en el medio ambiente”.
Reyes Puente compartió que el cómo las personas se relacionan con el entorno también tiene que ver con la vulnerabilidad, “nuestro proyecto tiene la intención de atender a las personas que se ven mucho más vulneradas por las diferentes circunstancias del entorno alimentario, esto es personas adultas mayores, las infantes y las migrantes.
“Estos tres grupos de población de nuestro país sufren en específico por cuestiones de nutrición. A todas las personas nos afecta, pero obviamente hay personas más vulnerables que otras y este proyecto nos permite visualizarlo y pues, concretamente, atacarlo”, explicó.
En este proyecto participan: Estudiantes de la Licenciatura en Sustentabilidad de IBERO CDMX, investigadoras e investigadores del Departamento de Salud, del Departamento de Arquitectura, Urbanismo e Ingeniería Civil, del Instituto de Investigaciones para el Desarrollo con Equidad (EQUIDE), del Instituto de Investigación Aplicada y Tecnología (InIAT), IBERO Tijuana, Instituto Superior Intercultural Ayuuk (ISIA), así como el Centro de Investigación en Ciencias de Información Geoespacial, A.C. (CentroGeo) del Sistema de Centros Públicos de Investigación del CONAHCYT.
Valentina González/YM
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