Kajve, el programa sustentable de capacitación que impulsa a cafeticultores mexicanos

Lun, 27 Feb 2023
Es una iniciativa de la empresa química BASF que trabaja con cerca de 500 productoras y productores de café en 15 comunidades de Chiapas, Puebla y Veracruz
La producción de don Abraham pasó de 30 kilogramos hace cuatro años a más de 5 mil en el último ciclo agrícola en la misma parcela
La iniciativa fue presentada durante el Congreso Internacional de Sustentabilidad (CIS) IBERO
  • Manuel Cortés, Cynthia Santoyo, Andrés Monroy, Michael Dürk, Abraham y Eleazar Olivas. (Foto: Alberto Hernández)
  • Don Abraham, cafeticultor del ejido de Grecia, en Chicomuselo, Chiapas. (Foto: Alberto Hernández)
  • Manuel Cortés, Gerente de Asuntos Regulatorios de Negocio de Soluciones para la Agricultura de BASF México. (Foto: Alberto Hernández)
  • Cynthia Santoyo, Colaboradora del Sector Cultura de la Oficina de la UNESCO en México. (Foto: Alberto Hernández)
  • Eleazar Olivas, capacitador de la iniciativa Kajve de BASF. (Foto: Alberto Hernández)
  • Andrés Monroy, presidente de BASF para México, Centroamérica y El Caribe. (Foto: Alberto Hernández)
  • Michael Dürk, Gerente de Negocio de soluciones para la Agricultura de BASF México. (Foto: Alberto Hernández)

Hace cuatro años, el panorama era desolador para Abraham, cafeticultor del ejido de Grecia, en Chicomuselo, Chiapas. El día de hoy, sencillamente no siente que haya “necesidad de migrar a otros lugares por motivos económicos”. ¿Qué fue lo que cambió tan radicalmente su situación y la de su comunidad? Su participación en la iniciativa Kajve, impulsada por la empresa química BASF.

De una producción de tan sólo 30 kilogramos en sus cuatro hectáreas de terreno, ahora alcanza niveles de ¡más de 5 mil!, es decir, 80 sacos, cada uno con 66 kilogramos. El camino de terracería cambió a uno pavimentado, su bestia de carga, a una camioneta, y sus hijos asisten a la universidad. “Kajve ha cambiado nuestra vida”, dice sin titubear.

Éste fue el tema de la mesa Kajve by BASF: panel sobre café sostenible, parte de las actividades del Congreso Internacional de Sustentabilidad (CIS) IBERO, una iniciativa de estudiantes del Departamento de Ingeniería Química, Industrial y de Alimentos, que se llevó a cabo en el Auditorio José Sánchez Villaseñor de nuestra Universidad del 21 al 23 de febrero.

¿En qué consiste la iniciativa Kajve de BASF? Kajve significa café en tzotzil. Manuel Cortés, Gerente de Asuntos Regulatorios de Negocio de Soluciones para la Agricultura de BASF México, nos explica que se trata de un programa cuyo objetivo es mejorar la calidad de vida de las y los cafeticultores, a través de la capacitación y del entrenamiento. BASF trae el soporte de las nuevas tecnologías y las comunidades tienen el conocimiento y el saber tradicional de esta práctica.

Precisó que a través de Kajve se desarrollan habilidades desde el punto de vista administrativo, técnico, de buenas prácticas agrícolas y en sensibilización para promover el apego y respeto por el medio ambiente, tomando en cuenta los usos y tradiciones de las comunidades. Asimismo, se trabajan buenas prácticas de seguridad y el respeto a los polinizadores, como la mariposa monarca y las abejas.

Además, acerca a las y los productores a las cadenas de suministro para que les den un precio justo por sus cosechas. Pero, dado que los precios no son el único determinante de los ingresos, Kajve imparte también un módulo de finanzas básicas para que las personas puedan llevar un costeo durante todo el proceso del ciclo agrícola, y que así evalúen “si realmente están ganando o perdiendo dinero”.

La implementación de Kajve comenzó en tres comunidades de Chiapas, y ahora se extiende también a Puebla y Veracruz, con cerca de 500 productoras y productores de café en 15 comunidades; en la gran mayoría de estas zonas, la producción de café es el ingreso principal. Las pioneras fueron Nueva Argentina, en Jaltenango; La Merced, en Chenalhó, y Grecia, en Chicomuselo.

Ángulo sociocultural con acompañamiento de la UNESCO

Es la primera vez que UNESCO emprende un proyecto con una empresa con las características de BASF, dice Cynthia Santoyo, Colaboradora del Sector Cultura de la Oficina de la UNESCO en México. Para esta agencia internacional “es muy importante la suma de esfuerzos, no solamente de las comunidades, la sociedad civil y los gobiernos, sino también del sector privado”.

Este acercamiento ocurrió debido a que el ángulo sociocultural de la iniciativa Kajve se alinea con varios de los objetivos de desarrollo sostenible que la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) estableció en la Agenda 2030.

Estos objetivos son: fin de la pobreza, hambre cero, igualdad de género, trabajo decente y crecimiento económico, reducción de las desigualdades, producción y consumo responsables, acción por el clima, vida de ecosistemas terrestres y alianzas para lograr los objetivos.

Cuando hablamos del cultivo del café no nos referimos solamente a aquellos conocimientos que tienen que ver con la ecobiología, agrega Cynthia Santoyo, es decir, la relación del hombre con la tierra. “Tiene también que ver con la salvaguardia del patrimonio cultural inmaterial, que son conocimientos y saberes tradicionales que tienen las comunidades en el proceso de la cafeticultura”. Como representante de UNESCO en México, explica que “estuvimos en la parte del trabajo de campo, en la elaboración de la metodología y en el acompañamiento”.

Destaca también que nos encontramos en el Decenio de las lenguas indígenas, que va de 2022 a 2032. En el proyecto de Kajve, la identificación de la lengua fue un elemento muy importante. “Todo tiene relación con la lengua, la relación con el ciclo de cultivo, con el sol, con la tierra, con el agua, son conocimientos que se perderían al perderse la lengua. No es sólo un medio de comunicación, sino conocimientos y saberes tradicionales”.

Lograr credibilidad, el mayor reto en la capacitación

Cuando las y los agricultores ven llegar a “un ingeniero más”, no se entusiasman porque ya han escuchado antes muchas propuestas similares. Eleazar Olivas, quien ha trabajado en empresas como Starbucks y Nestlé, relata que ése es el principal reto de Kajve: lograr la credibilidad en el primer contacto en las comunidades. “Tenemos que convencerles de que cambien sus formas de producir”, que cambien de su cultura de producción de subsistencia a una cultura agrícola sustentable.

Entre la crisis por el cambio climático, las enfermedades y las plagas que afectaban la cantidad y calidad de su producción, Abraham y su familia decidieron hace cuatro años darle una oportunidad a Kajve y comenzar con las pruebas piloto en lotes demostrativos; en la actualidad, ya tienen incluso el plan de sacar su propia marca.

BASF tiene establecidos alrededor de mil 300 metros cuadrados de jardines de polinizadores dentro de las comunidades con las que trabaja y lleva ya más de 2 mil 200 capacitaciones en buenas prácticas agrícolas. La calidad de los cultivos aumentó de 16 a 24 grados Brix, que es el cociente total de sacarosa disuelta en un líquido, cuyo nivel óptimo es de 15 a 24; y los puntos de calidad de taza, otro referente de calidad, subieron de 82.5 a 84.75.

BASF, una empresa química que cuida su huella ambiental

BASF, sigla que resume el nombre en alemán de Badische Anilin und Soda Fabrik, significa en español “fábrica de sosa y de anilina de la ciudad de Baden”. Nació hace más de 150 años sintetizando el color azul índigo de los jeans y ahora es una de las empresas químicas más importantes del mundo, explicó Andrés Monroy, presidente de BASF para México, Centroamérica y El Caribe.

Esta empresa invierte a nivel global 3 millones de euros cada día para crear nuevas soluciones de innovación para la agricultura, explica Michael Dürk, Gerente de Negocio de soluciones para la Agricultura de BASF México. “Nuestros objetivos son mayor rendimiento por cultivo, reducción de la pérdida y el desperdicio de alimentos”.

Kajve para mí es, dice, el ejemplo perfecto de cómo las buenas prácticas agrícolas modifican las capacidades de producción permitiendo una mayor eficiencia y ofreciendo mejores oportunidades de mercado sin perder de vista las prácticas tradicionales de la agricultura.

Texto: Yazmín Mendoza / JCM. Fotos: Alberto Hernández

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