En marzo de este año, la marca Stradivarius --perteneciente al poderoso conglomerado español Inditex-- lanzó una campaña generada con Inteligencia Artificial; es decir, para la creación de sus imágenes no requirió contratar modelos, ni fotógrafas/os, makeup artist, stylist, ni rentó un espacio para hacer el shooting. Antes, en febrero, Burger King despidió a un Community Manager y lo sustituyó con un programa de IA. 

¿Qué pasará con las y los profesores? ¿En el futuro esta profesión podría ser sustituída por robots o programas de Inteligencia Artificial? Sobre esto conversaron la arquitecta Chantal Matar, el Dr. Paolo Benanti, el Dr. Edmond Awad, el Dr. Wayne Holmes y el Dr. Minoru Asada, durante el foro “Construyendo el futuro de la IA”, el cual tuvo lugar en la Universidad Iberoamericana CDMX, entre el 29 y el 31 de agosto. Aquí la charla completa sobre las implicaciones de la IA en el futuro de las Universidades. 

“En mi opinión, es una de las mayores innovaciones desde la invención de la imprenta de Gutemberg”, señaló sobre la Inteligencia Artificial el Dr. Paolo Benanti, experto en ética relacionada con la tecnología -quien es asesor del Papa Francisco en estos temas-, “se trata de una interfaz maravillosa que puede explicarnos teoría cuántica en un lenguaje comprensible para las y los biólogos, puede analizar reacciones nucleares y hacer modelos de lo que se verá en la realidad”, agregó. 

No obstante que la Inteligencia Artificial es una herramienta que “puede hacer el conocimiento más plural y accesible”, así como a difundir las investigaciones generadas en las universidades, el Dr. Benanti advierte que al ser una tecnología en desarrollo, la IA no siempre ofrece datos veraces y “puede estar programada para reproducir un determinado tipo cultural y dejar fuera a las minorías y a la diversidad”.

¿Por qué las y los profesores no deben ser reemplazados?

Durante la mesa de diálogo sobre el futuro de las universidades ante el avance de la IA, que tuvo lugar en la IBERO el 30 de agosto -y fue moderada por el Dr. Alejandro Anaya, Vicerrector de nuestra universidad-, Fray Paolo, quien es académico de la Pontificia Universidad Gregoriana, compartió:

“Yo formé parte de la discusión de cuando surgieron los cursos en línea masivos y abiertos (MOOC, por sus siglás en inglés), que parecía que entonces iban a destruir a todas las universidades del mundo, pero el 99.5% de las personas que participaron en los MOOCs no pasaron de las primeras lecciones, por lo tanto podemos decir que algo no funcionaba, probablemente ese elemento era la interacción”.

Al respecto, el Dr. Edmond Awad, académico del Departamento de Economía y del Instituto de Ciencia de Datos e Inteligencia Artificial en la Universidad de Exeter, menciona “cuando los cursos online llegaron de forma masiva, muchos pensaron que se ponía el video y ya, pero detrás hay una o un maestro que planea el curso, elige qué figura mostrar, proporciona los ejercicios y responde a las y los alumnos”.

Por más que la clase sea impartida por la o el científico más top en algoritmos, no todas las personas que se conectan en línea tienen el mismo nivel de conocimiento, entonces, “al menos a mí, como profesor me gusta proporcionar eso porque muchos cursos se preparan para el público, pero no todas las personas tienen la misma preparación”, dice el Dr. Awad.

Vocación docente y la universidad como experiencia de vida

“La universidad no solamente es la transmisión de conocimiento, no es sólo bajar información de internet, es una relación interpersonal que cuida de los seres humanos y les permite ser la mejor versión de sí mismos. Esta es una misión, más que una visión de presupuestos o una cuestión de negocios, esta vocación universitaria probablemente será la cara de la universidad que permanecerá”, afirma Fray Paolo Benanti.

“No creo que los robots nos sustituyan a las y los profesores”, asegura el asesor del Papa Francisco; sin embargo, agrega que “probablemente, las y los docentes que no sepan utilizar la IA se extinguirán y sobrevivirán quienes usen estas herramientas para ser mejores educadores, esto es un desafío porque las y los académicos estamos en medio de esta experimentación y a veces tendremos que decir ‘lo siento, me equivoqué’”.

El Dr. Edmond Awad, creador del sitio web “moral machine” en el que personas de todo el mundo opinan sobre dilemas éticos relacionados con la tecnología, también prevé que cambie el rol de las y los docentes “probablemente en cómo facilitar una clase”; sin embargo, destaca que “los cursos no surgen de la nada, se usan conocimientos generados por las y los demás y eso hace avanzar las investigaciones”.

“Uno puede aprender solo en casa, las escuelas podrían dejar de existir (físicamente) y la gente podría estudiar en línea, pero pensemos que las universidades también son una marca, el grado emitido por una institución es importante para conseguir empleo y también ofrecen; por ejemplo, conocer gente, interactuar, hacer networking, la vida universitaria es en sí misma una experiencia que forma parte del proceso de aprendizaje, no se trata solamente de las clases o de lo que uno ve en el curso, es un viaje con las y los colegas, trabajar en conjunto”.

¿Cuáles son los riesgos de las universidades ante intereses económicos particulares?

El Dr. Wayne Holmes, experto en educación del University College de Londres, dice: “Les apuesto que en lo que me queda de vida no habrá un sistema de Inteligencia Artificial capaz de una interacción humana como la que se verifica con una o un profesor, la capacidad de entender, de tener una relación, de ponerse en contacto y de trabajar con los estudiantes. No hay evidencia de que estos instrumentos hagan algo efectivo y sobre todo, no hay pruebas de que esto sea seguro de utilizar, pero no importa lo que yo piense, son otros los que tienen el poder”.

El académico británico mencionó que “la duda no es si la Inteligencia Artificial es o no capaz de tomar la enseñanza, la pregunta es ¿lo hará? Eso es mucho más importante porque implica política, poder, negocios y la capacidad de presión que esto pueda tener”, el Dr. Holmes ejemplificó con el caso de Gran Bretaña, en donde al Primer Ministro y al Ministro de Educación, “se les ha solicitado un mayor uso de IA en la educación”.   

Con relación al poder económico y político detrás de las empresas relacionadas con la tecnología y la Inteligencia Artificial, Fray Paolo Benanti señala: “Hay nueve compañías que valen billones de dólares y son dueñas del mercado tecnológico, el problema va más allá del ámbito universitario porque las grandes empresas han puesto mucha presión en los sistemas democráticos contemporáneos”.

El asesor del Papa Francisco menciona que tradicionalmente, los estados, las naciones, nos dan tres cosas “identidad, dinero y educación”; sin embargo, el poder de empresas como Google va más allá, ahora podemos sentirnos más identificados con las compañías, podemos obtener dinero de ellas y muchas veces, pueden intervenir en la educación. 

Fray Paolo señaló que estas grandes corporaciones necesitan empleadas y empleados que tengan un tipo de conocimientos específicos para sus industrias y “empresas como IBM ya están contratando personas que salen de la prepa y les están dando una formación determinada sobre lo que necesitan para que alimenten estos sistemas”.

“Estos superpoderes económicos pueden ser una fuerza de presión para reformular la oferta académica, no estoy dando un juicio, estoy sólo describiendo lo que ya está sucediendo”, dice el Dr. Benanti, quien apunta que esto refleja que las empresas no están encontrando el perfil de egreso que quieren y se pregunta “¿cómo vamos a coexistir (las universidades) con estas gigantescas compañías?”.

El Dr. Awad, el Dr. Holmes y el Dr. Benanti, nos invitan a sacar el mayor provecho de la tecnología y la Inteligencia Artificial, pero siempre cuestionando “quién está en control de estas herramientas”, el Dr. Wayne finaliza con esta reflexión: 

“No olvidemos que la IA no es neutral, responde a una cultura en particular (la estadounidense mayormente), mi miedo, mi temor, es que la diferencia entre los pobres y los ricos, que ya de por sí representa una brecha muy grande en la sociedad actual, se haga todavía mayor, debido a la manera en la que se están utilizando esas tecnologías y al manejo que le están dando las grandes corporaciones”.

¿Qué opinas? ¿Te parece que las grandes empresas tienen actualmente mayor poder y alcance que los propios gobiernos? Comparte tu opinión en nuestras redes sociales.

Por: Laura Herrera Camarillo.    Fotos: Alberto Hernández Mendoza.